El FBI alertó sobre los riesgos que suponen los televisores inteligentes o Smart TV para la privacidad de los consumidores, alertando a los usuarios sobre la posibilidad de que su seguridad esté comprometida.

El buró de investigaciones estadounidense sugirió a los consumidores que conozcan las características de sus televisores y propone que se ha realice una búsqueda en internet con el número de modelo, añadiendo las palabras "micrófono", "cámara" y "privacidad" para que aprendan a configurar una mayor privacidad.

En este punto, aconseja cambiar las características predeterminadas de serie por los fabricantes.

"Cambie las contraseñas, si puede, y sepa cómo apagar los micrófonos, cámaras y la recopilación de información personal. Si no puede, considere si está dispuesto a correr el riesgo de comprar ese modelo", advierte el FBI.

Otra de las recomendaciones consiste en verificar las actualizaciones de seguridad de los fabricantes. Las smart tvs, que cuentan con conexión a internet, acumulan los datos de sus usuarios y los envían a los fabricantes, lo que probablemente hagan que más baratas, según reconoció Bill Baxter, director de tecnología de Vizio.

"Es una industria despiadada, la mayor estrategia es que realmente no necesito ganar dinero con la televisión, necesito cubrir mis gastos. No se trata solo de la recopilación de datos, se trata de la monetización de la televisión después de la compra", afirmó Baxter a The Verge.

En caso de que no se pueda deshabilitar la cámara, el FBI recomienda pegar sobre la lente un trozo de cinta negra, una práctica difundida entre los usuarios de notebooks en todo el mundo.

Por último, el buró de investigaciones pide a los usaurios que consulten la política de privacidad del fabricante, los servicios de transmisión que utiliza y cuál es el destino de los datos recopilados.

Un estudio conjunto entre la universidad Northeastern y el Imperial College de Londres comprobó que Google y Netflix son algunas de las compañías que actúan como receptoras de la información personal.

Según los investigadores, esta información por lo general se envía a proveedores de almacenamiento como Amazon, Google y Microsoft, quienes podrían recibir estos datos.

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