A partir de esta semana se cumple un hito de importancia para el financiamiento MiPyME en Argentina: desde este lunes 2 de diciembre se cumple al 100% el cronograma de implementación de la Factura de Crédito Electrónica que estableció la Secretaria de Simplificación Productiva a través de la Resolución 17/2019.

Se cierra así la última etapa de dicho cronograma, lo que significa que toda MiPyME que provea a una de las 50 grandes empresas correspondientes al rubro comercio minorista definidas como tales en el listado publicado por AFIP tendrá la obligación de emitir este tipo de comprobantes para toda factura con valor final mayor a $100.000. De esta forma se baja el mínimo de $1.000.000 por factura vigente hasta el cierre de noviembre de 2019.

La industria comercio minorista fue la que cerró el cronograma de implementación: es la que más cantidad de facturas genera en el mercado, y por lo tanto, la que más tiempo ha requerido para que las empresas adapten sus procesos y sistemas para poder gestionar este nuevo tipo de documento comercial. Se espera así que la cantidad de facturas emitidas a partir de diciembre 2019 crezca significativamente, como también así el volumen de operaciones a través de las cuales se negocia este instrumento.

Recordamos que a partir de la Ley 27.440 de Mayo 2018 (también conocida como "Ley de Financiamiento Productivo"), las MiPyME que provean bienes o servicios a las aproximadamente 1.500 grandes empresas definidas como tales por la AFIP, tienen la obligación de emitir Facturas de Crédito Electrónicas en lugar de las facturas tradicionales. Este nuevo tipo de comprobante brinda diversos beneficios a las MiPyME obligadas a su emisión. Los más destacados son: 

- Contar con una fecha cierta de pago- Emitir un instrumento sin recurso contra la MiPyME, ya que la responsabilidad del pago es 100% del pagador de la factura- Contar con la opción de transformar el crédito comercial generado por la factura, en un crédito financiero negociable a través de distintos canales en el mercado.

Un poco de historia

La Factura de Crédito Electrónica ha tenido ya dos intentos fallidos de implementación en Argentina, tanto en 1997 como en 2001 y 2002.

Cabe destacar que en ambas oportunidades la emisión de la Factura de Crédito Electrónica no era obligatoria, por lo cual no existían incentivos para que las empresas receptoras de las mismas acompañen la instrumentación de este nuevo documento, y por lo tanto solicitaban a sus proveedores la emisión de los comprobantes tradicionales. A su vez, el marco de control era insuficiente dado que no existían los comprobantes electrónicos y la tarea de fiscalización de la AFIP era en la práctica inviable.

A partir de la Resolución General N° 4291/2018 de AFIP, se habilitó la generación de documentos comerciales en formato digital para reemplazar así a las facturas en formato físico (en papel). 

De esta forma, las nuevas tecnologías comenzaron a incursionar en el mundo de la facturación electrónica, generando agilidad en los procesos, mayor seguridad en la conformación de los comprobantes, disminución en el uso de papel, y un mayor control por parte de la entidad fiscalizadora.

El nuevo contexto tecnológico y la posibilidad de un mayor control por parte de AFIP, posibilitaron un nuevo lanzamiento de la Factura de Crédito Electrónica a través de la citada Ley, en esta oportunidad con ciertos cambios para garantizar el éxito del programa: la emisión del instrumento pasaba a ser obligatoria para toda MiPyME que deba proveer a una gran empresa incluida en un listado emitido por la AFIP. 

La factura debía ser emitida en forma electrónica a través de un sistema centralizado por AFIP, lo cual facilitaba tanto la operación por parte de las empresas, como la fiscalización por parte del organismo de control. El nuevo modelo nació tomando prestado un marco regulatorio y operativo muy similar al de Chile, donde el instrumento fue implementado exitosamente a tal punto que el factoring en nuestro país vecino representa un volumen del 10% del PBI de ese país, contra un magro 0.3% del PBI en Argentina.

Algunos datos actuales

Hasta el momento, y salvo algunas negociaciones privadas, la mayoría de las facturas fueron negociadas en el mercado regulado, específicamente en el Mercado Argentino de Valores (MAV).

Desde la primer factura negociada el  26 de julio, se han negociado hasta el 28/11/2019 en el MAV un total de 380 facturas, de las cuales casi el 6.5% estaba nominada en moneda extranjera. Del total, 4 de ellas tenían montos mayores a $10.000.000, incluyendo una por más de $50.000.000.

Las últimas tasas operadas a fin de noviembre en pesos están en el orden del 53% al 60%, y no están lejos de aquellas con las que operan productos financieros avalados por SGR, como los cheques de pago diferidos avalados.

El total valorizado en pesos de las Facturas de Crédito Electrónicas negociadas en el MAV supera hasta el día de hoy $520.000.000.

Lo que viene

A partir del comienzo de la implementación -allá por marzo 2019 y sólo aplicable a la industria automotriz por facturas mayores a $9.000.000 (Resolución 5/2019 de la Secretaría de Simplificación Productiva)- se han emitido miles de facturas, y es creciente el volumen que se transfiere a cuentas comitentes en Caja de Valores como agente de depósito colectivo, para habilitar su potencial negociación.

En cuanto la negociación, la Ley 27.440 habilita las operaciones tanto en los mercados regulados autorizados por la Comisión Nacional de Valores (art. 12), como en plataformas privadas de negociación (art. 13).

Con la implementación completa del régimen para el comercio minorista, toda MiPyME en Argentina que emita una factura a una de las 1.500 grandes empresas por un importe final mayor a $100.000 tendrá la obligación de que sea Factura de Crédito Electrónica. 

Con el crecimiento en el volumen de emisión, sin dudas crecerá el volumen de negociación de la mano de la necesidad de las MiPyME de financiar su capital de trabajo o de inversión.

En paralelo, y en virtud del art. 13 de la Ley, plataformas de negociación como BILL Group se están sumando como alternativas de negociación al MAV surgiendo así nuevos actores que buscan además generar valor agregado a las MiPyME para facilitar la negociación del instrumento.

De esta forma, no sólo se vislumbra un crecimiento en el volumen de Facturas de Crédito Electrónicas circulante, sino que también se suman nuevos canales habilitados para negociar el instrumento.

Todo parece indicar que la Factura de Crédito Electrónica esta vez vino para quedarse, y que finalmente será una alternativa muy conveniente para optimizar el financiamiento de las MiPyME, que constituyendo el 98 % de las empresas en Argentina, generando el 40% del PBI y representando el 70% del empleo formal, son sin lugar a dudas el motor de la economía.

*Hernán Visconti es CEO & Founder de BILL Group

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