Millones de usuarios llevan su banco dentro de su celular y con sólo con sacar su teléfono y abrir una aplicación, pueden generar pagos, transferencias, inversiones o solicitar préstamos.

La innovación genera competitividad en una industria que ha registrado un sinfín de quejas por parte de los usuarios. De acuerdo con el Buró de Entidades Financieras, durante 2018 se registraron 9,4 millones reclamaciones a bancos, un incremento de 6,3% respecto al año anterior. Esta ventana de oportunidad está siendo atacada por las fintech y obliga a las entidades financieras tradicionales a trabajar en disrupción tecnológica.

Los bancos está intentando mejorar a las fintech y a los mismos bancos; asimismo, las fintech intentan mejorar los nuevos desarrollos de los bancos. Esta competencia genera un círculo virtuoso en el que el ganador es el consumidor financiero.

El mercado financiero del pasado, acaparado por bancos, era limitado, pues requería de una infraestructura física para llegar a zonas marginadas. Pero las fintech unieron la tecnología con las finanzas para generar productos fáciles de contratar, entender y con costos que han permitido el acceso a un mayor número de personas, empresas, inversionistas y prestatarios.

En Latinoamérica una de las líderes en este sector es México, en la que se crearon 98 empresas de tecnología financiera en el último año, con lo que el total ascendió a 394. Esa cifra la ubica por delante de Brasil (380), según datos del "Fintech Radar 2019", elaborado por Finnovista.

Las fintech, a través de sus modelos disruptivos, entendieron el mercado y presentan distintas ventajas como un modelo que se basa en las necesidades de sus clientes; además de que utilizan tecnologías como Inteligencia Artificial (IA). Por su parte, la banca tradicional también ha generado innovación en sus productos, pero no siempre basada en las necesidades de sus usuarios.

En México y en Latinoamérica, la necesidad de innovar es aún mayor que en mercados como Estados Unidos o Europa, dado que existe además un segmento importante de la población que no tiene acceso a los servicios financieros tradicionales. Según el U.S. Census Bureau, el 70,2% de la población adulta estadounidense cuenta con tarjetas de crédito (departamentales o bancarias), mientras que en México el porcentaje es de sólo 17% (15,1 millones), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018.

A nivel global, los bancos tradicionales no están explotando las herramientas digitales para innovar en la oferta de productos y servicios financieros, mientras que las fintech hacen lo contrario: aprovechan la innovación para ofrecer estos servicios pero a un costo mucho más competitivo.

Sin embargo, la banca tradicional se está adaptando a la innovación tecnológica, ya que en lugar de calificar a las fintech como competidoras, han decidido cooperar con ellas en alianzas o compras.

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