Para que los retailers tengan éxito es necesario que ofrezcan la última tecnología para mejorar la experiencia de los compradores. Sin embargo, la lentitud de la mayoría para responder a esta demanda provoca unas pérdidas potenciales de casi 3 mil millones de euros a nivel mundial, según el Informe Adyen sobre el Retail 2019.

La segunda parte de dicho informe, "La radiografía de los retailers", señala que una quinta parte de las ventas de los retailers procede actualmente del canal online, pero en un plazo de tres años esta cifra se situará en el 33 % de las transacciones. Este dato, idéntico en todo el mundo, sitúa la seguridad, los medios disponibles para pagar online y las sugerencias y ofertas personalizadas en el top 3 de las preocupaciones de los retailers para 2020, informó el sitio america-retail.

El informe realizado por Adyen, señala que durante los últimos seis meses, dos de cada cinco consumidores encuestados abandonaron una compra porque su tarjeta fue rechazada erróneamente por sospecha de fraude. Uno de cada cinco ha sufrido esta experiencia en cuatro o cinco ocasiones en ese periodo, lo que ocasiona pérdidas de 223.900 millones de euros a nivel mundial cada año.

Los falsos positivos se han convertido en la gran preocupación de los retailers, que no solo sufren pérdida de ingresos legítimos por este motivo, también deben asumir una erosión en la fidelidad de sus compradores debido a este rechazo inmerecido. En todo el mundo, los retailers mejor preparados para detectar falsos positivos son Brasil, Estados Unidos y Canadá, con el 62 %, el 61 % y el 60 %, respectivamente.

Los compradores, como es lógico, se preocupan por la seguridad de los comercios online. De hecho, casi la mitad de los encuestados asegura que compraría más si tuviera la seguridad de que el comercio tiene aplicadas medidas de protección y defensa contra el fraude. Sin embargo, solo el 53 % de los retailers afirma disponer de estas medidas. 

El 53 % de los compradores afirma haber abandonado una compra online en los últimos seis meses debido a que no han podido pagar con su medio de pago favorito. Esto ha ocurrido especialmente en el sector de moda, lo que supone una pérdida de unos 240.700 millones de euros a nivel mundial.

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