En un contexto altamente competitivo y volátil, como el que presenta la Argentina en la actualidad, las empresas perseveran en la búsqueda de alternativas para aumentar su productividad.

En este marco, las aplicaciones basadas en inteligencia artificial (IA) pueden ser una herramienta útil para mejorar la competitividad y crecer. Impactando sobre los procesos de producción, logística, empleo, seguridad, gestión de la decisión y marketing, entre otros, la IA ya está renovando la forma de hacer algunos negocios.

Ante resultados que sorprenden y la disminución de los costos y de las barreras institucionales de entrada, la penetración de la inteligencia artificial se está expandiendo y generando un nuevo espacio de oportunidad para que las empresas argentinas puedan aumentar su competitividad.

Los ejemplos de éxito en América Latina ya son variados. En el ámbito de los recursos humanos una empresa chilena desarrolló un sistema para publicar avisos de búsquedas laborales, que lee y clasifica los curriculums recibidos, permitiendo a los reclutadores humanos concentrar su valioso tiempo en entrevistas en profundidad con los candidatos mejor calificados a través del software.

Además, a través del proceso de aprendizaje automático, el sistema registra y ajusta los parámetros de selección de acuerdo a las nuevas selecciones que finalmente se van aprobando por los reclutadores.

La IA también puede ser útil en el proceso de producción. Una startup brasileña instala sensores en máquinas industriales para recoger importantes cantidades de datos que almacena en la nube.

Luego utiliza estos datos como input para los procesos de aprendizaje automático con el objetivo de aumentar la productividad, por ejemplo, a través del mantenimiento predictivo, que soluciona los problemas antes que se transformen en algo costoso.

En Argentina, entre varios ejemplos, se puede destacar el sistema utilizado por una compañía líder en el transporte de energía eléctrica de alta tensión. Teniendo en cuenta que los Sistemas Eléctricos de Transmisión pueden sufrir distintas fallas, que ocasionan un elevado costo de penalidades para la empresa responsable del transporte, la minimización del tiempo de detección y reparación son claves.

Frente a esta necesidad, un grupo de argentinos desarrolló un aplicativo que procesa en tiempo real información proveniente de diversos sensores y emite diagnósticos, que asisten a los especialistas para identificar el origen del problema y efectuar rápidamente las operaciones correspondientes.

En paralelo, como medida preventiva, el sistema ejecuta ante cada falla una supervisión general detectando cualquier indicio de defecto, a fin de evitar actuaciones futuras no deseadas.

A pesar de contar con casos de gran éxito como los citados, se calcula que, hasta el momento, solo el 14% de las empresas de América latina utiliza IA en sus procesos productivos. En un contexto de crisis económica como el actual, las empresas y el Estado harían bien en atender a las posibilidades que ofrecen las soluciones basadas la inteligencia artificial, en conjunto con recursos humanos capacitados que sepan cómo aprovechar las alternativas que éstas brindan.

La IA se presenta como un elemento clave en el proceso de crecimiento de una economía global que, cada vez más, se rige por el conocimiento. Procuremos no quedar nuevamente rezagados.

Victoria Álvarez Magañini es investigadora de la UADE.

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