Android está basado en torno al kernel de Linux, pero la versión que usa Google tiene muchos cambios para crear una versión que luego envían a los fabricantes de chips como Qualcomm o MediaTek. Google ha intentado acercarse poco a poco al kernel base de Linux, pero ahora quieren que Android funcione bajo el último kernel. Y las mejoras son incontables.

El sitio Adslzone informó que en la Linux Plumbers Conference los ingenieros de Google mostraron la primera versión de Android ejecutándose con el kernel de Linux sin modificar para que esté al día en cuanto a la seguridad y no tengan que estar adaptando constantemente los cambios en cada versión. Además, los teléfonos mejorarían su rendimiento y su batería. Esta versión del kernel de Linux, lanzada en noviembre de 2017, es la que usa el Pixel 4 lanzado en octubre de 2019, y además no recibirá una nueva versión porque los móviles Android no reciben actualizaciones de kernel.

Basarse en el kernel de Linux podría eliminar la necesidad de crear un kernel diseñado para cada dispositivo, y acelerar aún más el lanzamiento de las actualizaciones en Android. Para ello, la idea de Google es llevar la modularidad de Project Treble al kernel de Linux, creando una interfaz que permita ejecutar drivers propietarios de dispositivos como si fueran plugins para no tener que modificar la base del kernel.

Sin embargo, ya hay voces desde la comunidad que no están a favor de que haya una interfaz del kernel estable, ya que en éstas suelen encontrarse fallos o a alguien se le ocurre una manera mejor de hacer las cosas, y no poder modificarla puede introducir problemas de seguridad. Así, esto diferencia a Linux de otros sistemas cerrados que tienen que mantener interfaces muy antiguas (como versiones antiguas de USB). Lo que proponen desde la comunidad es que los fabricantes hagan open source sus drivers, lo que parece que está claro que, por desgracia, no va a ocurrir.

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