La inteligencia emocional, conceptualización desarrollada por Daniel Goleman, comprende el conocimiento y manejo consciente de sentimientos y emociones propias y ajenas para evitar ser arrastrado desfavorablemente por ellas y así lograr diversas aptitudes tales como la automotivación, la tolerancia a la frustración, la postergación de la gratificación en pos de un logro, entre otros. 

"Desarrollar nuestra inteligencia emocional potencia nuestra toma de decisiones favorables, la calidad de las relaciones que generamos y el correcto control de las emociones como son el enojo, la frustración o la apatía", explica Gisela Bartolome, Directora de RH ACTITUD (Gestión Integral de Recursos Humanos) en entrevista con Clarín.

"De esta manera, hoy es requerido por las organizaciones que cada vez más líderes desarrollen su inteligencia emocional, siendo un factor determinante para el éxito, muy por encima de los conocimientos técnicos. Es fundamental el hecho de poder interactuar de manera apropiada e inteligente con los miembros de un equipo de trabajo y con sus jefes" agrega Bartolome.

Desarrollar la inteligencia emocional potencia la toma de decisiones favorables, la calidad de las relaciones que se generan y el correcto control de las emociones como son el enojo, la frustración o la apatía. Hoy es requerido por las organizaciones que cada vez más líderes desarrollen su inteligencia emocional, siendo un factor determinante para el éxito, muy por encima de los conocimientos técnicos.

"La inteligencia emocional ingresa al mundo laboral como concepto ligado al diagnóstico y desarrollo de competencias en el área de recursos humanos. Saber encauzar la emoción para guiar un trabajo efectivo en la lógica de productividad de una empresa, es algo valioso en tanto conlleva capacidades de autocontrol, autoeficacia, motivación, comunicación, negociación, cooperatividad, liderazgo, toma de decisiones favorables, calidad de relaciones interpersonales", según la Dra. Irene Biosca, psiquiatra Infanto Juvenil.

Para Walter Riccomini, Gerente de RRHH de Rochester Hotels, en la actualidad el liderazgo es relacional y sostiene que el éxito de quien aspire a esas posiciones estará en función de los vínculos que construya a través del manejo de las emociones que determinará ese destino.

"Todo aquél que quiera crecer profesionalmente deberá tener conciencia de sus emociones y una gestión sana de sus relaciones. Si uno quiere medir a un Líder, hay que tener en cuenta el crecimiento personal, emocional y profesional de las personas que lidera" puntualizó Riccomini y agregó que los departamentos de RRHH "son los custodios de mantener una cultura de trabajo en equipos, con líderes que logren mantener a sus colaboradores motivados, enfocados y dando lo mejor de sí en ambientes sanos y amables que vean el error como oportunidad de mejora, que brinden la posibilidad de crecer individual y colectivamente, abiertos a la innovación y al cambio, a negociar una y otra vez con pares y liderados".

Una de las claves para desarrollar la inteligencia emocional reside en el autoconocimiento para poder, desde ahí, lograr cambios genuinos y sustentables en el tiempo. Además, es importante utilizar la experiencia, es decir, practicar las conductas.

La inteligencia emocional ingresa al mundo laboral como concepto ligado al diagnóstico y desarrollo de competencias en el área de recursos humanos. Saber encauzar la emoción para guiar un trabajo efectivo en la lógica de productividad de una empresa, es algo valioso en tanto conlleva capacidades de autocontrol, autoeficacia, motivación, comunicación, negociación, cooperatividad, liderazgo, toma de decisiones favorables, calidad de relaciones interpersonales

¿Qué rol tiene RRHH en el desarrollo de la inteligencia emocional de sus colaboradores? "Como custodios de la cultura corporativa debemos fomentar modelos de comunicación productiva, fomentar la innovación para que todos los integrantes puedan cuestionar el status quo de ´esto se hace así´, gestionar el conflicto como oportunidad de mejora", afirmó Riccomini.

En el caso de los emprendedores, dado el protagonismo necesario para llevar a cabo una empresa, es fundamental cómo gestionan sus emociones y su automotivación. "Desde vender la idea para poder lograr recursos hasta lograr el primer cliente, cómo se gestiona las emociones se torna crítico para poder sostener los objetivos durante los diferentes desafíos que presenta el mundo emprendedor. Las claves para los emprendedores están en ganar confianza, lograr una excelente comunicación de las ideas, trabajar sobre el autocontrol y generar relaciones eficientes para el emprendimiento", concluye Bartolome.

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