El CEO de Apple acaba de anunciar un plan de 2.500 millones de dólares destinados a aliviar la crisis inmobiliaria de Silicon Valley por considerar "insostenible" la situación que se vive.

Tim Cook aseguró que el problema es tan grande que el sector público no puede hacerse cargo de él por su cuenta. Y no exagera. 

En mayo, el alquiler medio de San Francisco excedía los 4.500 dólares, que es más 2,5 más de la renta media del país. 

Un estudio de 15 metros cuadrados podría llegar a costar 2.295 dólares al mes, y eso teniendo que compartir el baño. O se pueden pagar 1.200 dólares mensuales por tener una cama en una vivienda compartida. Incluso vivir en una camioneta en el estacionamiento de Google se ha convertido en una opción razonable para muchos. 

Los propios trabajadores de la industria tecnológica sufren los precios de los alquileres y la compra de viviendas. Un estudio revela que el 60% de ellos cree que no podría permitirse una casa. 

El problema del alquiler tiene consecuencias en la calidad de vida de los trabajadores de la zona. Debido a los disparatados precios, muchos no pueden vivir cerca de su lugar de trabajo, por lo que profesionales como médicos y profesores viven lejos de las comunidades en las que prestan sus servicios. 

De hecho, Apple no es la primera tecnológica en anunciar sus propósitos de ser una buena vecina. Facebook se comprometió en octubre a financiar un programa de vivienda con 1.000 millones de dólares para ayudar a estos trabajadores a vivir más cerca de su trabajo. 

Google también anunció su plan de financiar con una cantidad similar un programa para construir unas 20.000 viviendas más asequibles, según informó The New York Times. 

El elevado precio de los alquileres también hace que el costo de vida en la ciudad sea muy alto. La parte del salario que no se dedica al alquiler termina cubriendo los desorbitados gastos que exige el día a día en Silicon Valley.Los bienes y servicios son un 27% más caros que la media nacional en San José, según The Bureau of Economic Analysis. 

En el Área de la Bahía, el número de personas que viven en las calles o en vehículos ha aumentado en un 17% en los últimos años. Las personas sin hogar no tienen acceso ni a los servicios más básicos y se ha empezado a generar un problema de salud pública en las calles. 

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