Los instructores de manejo y, en consecuencia, las autoescuelas tienen los días contados a causa del proyecto HAMS (Harnessing AutoMobiles for Safety) de Microsoft, que podría terminar reemplazándolos con inteligencia artificial.

La iniciativa se basa en un teléfono inteligente montado en el parabrisas, con la cámara frontal mirando al conductor y la trasera apuntando al camino y los eventuales obstáculos, material con el cual podrá analizarse el desempeño del alumno al volante.

"El objetivo es monitorear el estado del conductor y la manera de guiar el coche en un entorno real. Creemos que un monitoreo efectivo que derive en datos procesables es clave para promover la seguridad vial", explicó Microsoft al anunciar el proyecto.

En lugar de tener un instructor en el asiento del pasajero analizando cada uno de los movimientos del alumno, HAMS usa simultáneamente sensores integrados en el móvil, como sus cámaras y el acelerómetro. De esta manera, el teléfono puede detectar acciones como un frenado brusco, la distancia del vehículo al que lo antecede y cualquier distracción del conductor.

El gigante de Redmond aseguró que la innovación podría aliviar la tensión de quienes hacen sus primeras armas frente al volante y también a sus tutores, quienes quedarían liberados de criticar cada uno de los movimientos de los novatos, no obstante el riesgo de perder sus puestos de trabajo.

De momento, HAMS solo se ha probado con la capacitación de nuevos conductores en India. También se ha empleado para la gestión de flotas, gracias a lo cual un supervisor puede rastrear incidentes relacionados con la seguridad y administrar cada uno de los vehículos.

La tecnología automotriz como la que se encuentra en HAMS es cada vez más popular. Hoy, los carros tienen cámaras que eliminan los puntos ciegos y graban al detectar un impacto, así como otras que ofrecen funciones de activación por voz e incluso funcionan como sistemas de advertencia de cambio involuntario de carril.

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