La revolución que para el sector del transporte y la movilidad sostenible representa el vehículo eléctrico ya está aquí, aunque al sector le queda aún un tramo final difícil y con obstáculos, según expertos que asisten a un foro sobre movilidad sostenible que hoy se cierra en Tel Aviv.

"La gran industria del automóvil tiene el potencial de crecer y de obtener más beneficios, en parte de ello por los vehículos eléctricos" que producen, dijo a Efe Daniel Sperling, director del Instituto de Estudios de Transporte de la Universidad de California y profesor de Ingeniería Civil y Ambiental.

Sperling, que asiste, entre otros expertos, a esta reunión organizada por el ministerio de Asuntos Exteriores de Israel sobre los aspectos más avanzados del transporte, se refirió también a la necesidad de una mayor participación de las administraciones publicas, mediante la introducción de incentivos al sector.

"Se necesita pensar estratégicamente para que las decisiones que se tomen sean las correctas, y también que haya más elección e introducir incentivos y desincentivos", subrayó, al tiempo que apuntó a que el coche eléctrico, compartido y autónomo es una "gran oportunidad para la gran industria de la automoción".

Aunque la presencia del coche eléctrico es hoy una realidad, aún le quedan batallas para ganar como su precio, alto en comparación con los vehículos convencionales, así como la necesidad de mejorar la regulación por parte de los gobiernos.

China, Estados Unidos y Noruega son los países en los que mayores ventas de coches eléctricos se han registrado en 2018, siendo el último el de mayor número de matriculaciones hasta esa fecha.

En el caso de España, la Administración quiere impulsar su implantación para 2030 y aumentar su actual cuota de mercado del 1 %, con unos 50.000 coches eléctricos en circulación, hasta llegar en esa fecha a 5 millones.

"Los gobiernos tendrían que incentivar a las compañías para que vendan coches eléctricos y que éstos se entiendan como un servicio de proveedores de movilidad. En otras palabras, los coches están ahora diseñados para llevar a múltiples pasajeros y los coches eléctricos deben de integrar todo", subrayó Sperling.

En su opinión el sector debería pensar en que "hay que ir hacia el coche autónomo, aunque no sin conductor, y más bien pensar en la transformación del transporte. Hay muchas oportunidades. Por ejemplo, los Uber del mundo necesitan aprender cómo cooperar con el transporte público, en beneficio de la movilidad sostenible".

Para Jan Becker, presidente y cofundador de la "start up" israelí Apex.AI que desarrolla sistemas operativos para vehículos autónomos, ha habido, sin embargo, "una equivocación al creer, por ejemplo, que los progresos en la autonomía de los vehículos sería lineal".

A su juicio, las etapas que la industria tiene por delante "serán las más difíciles... Está claro que la idea de que a estas alturas habría coches autónomos circulando por las calles no ha ocurrido".

"Uno de los retos que afronta la industria del automóvil es la seguridad de los vehículos autónomos", indicó, por su parte, Roy Fridman, vicepresidente de Desarrollo de Negocios de Foretellix, una empresa israelí que ha analizado cien millones de escenarios de conducción diferentes que pueden ser críticos para la seguridad.

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