En el último año, expertos e instituciones han alertado sobre la posibilidad de que se produzca una recesión económica en 2020. Algunos sectores podrían no estar suficientemente preparados para afrontar una nueva crisis, entre ellos, el financiero.

Según el informe anual sobre la banca que realiza cada año la consultora McKinsey, gran parte de la banca global podría estar en grave riesgo si se llega a producir una nueva recesión y, lo que es peor, más de un tercio de las entidades mundiales podrían desaparecer.

El estudio asegura que un 35% de los bancos de todo el mundo no sobrevivirán a una nueva recesión, salvo que reinventen cuanto antes su modelo de negocio de forma drástica. Estas entidades, calificadas como "cuestionadas" por el informe, son las que peor están lidiando con las innovaciones tecnológicas y la ralentización del crecimiento en los mercados.

Además, McKinsey afirma que "su modelo de negocio está fallando y la sensación de urgencia es intensa", por lo que propone que "para sobrevivir a una recesión, fusionarse con bancos similares podría ser la única opción en caso de que una reinvención completa no sea posible". 

El informe también advierte de que un 60% del sector bancario mundial podría no ser económicamente viable porque sus rendimientos de capital no crecen al mismo ritmo que sus costes. Por ello, la consultora propone diferentes medidas, como elevar la inversión en desarrollo tecnológico, subcontratar parte de sus operaciones y apostar por fusiones que les refuercen de cara a una nueva crisis.

El estudio de la consultora destaca la importancia de adaptarse a los nuevos hábitos de los consumidores ante la entrada de nuevos rivales más digitalizados en su sector, las denominadas fintech, y de reducir costes centrándose en mejorar su eficiencia y productividad.

El informe asegura que los usuarios se han acostumbrado a contar con soluciones de banca digital personalizadas que han elevado los estándares de experiencia de usuario, lo que obliga a los bancos tradicionales a sumarse a esta corriente o quedarse atrás. El estudio asegura que la banca tradicional destina a innovación apenas un 35% de su presupuesto, mientras que las fintechs gastan más del 70%. Esta diferencia, sumada a las facilidades regulatorias de las que disfrutan estas startups, está propiciando que nuevos competidores, como Amazon o la china Ping An, se asienten y ganen cuota de mercado.

Por ello, McKinsey insta a los bancos a prepararse para una posible recesión ya que advierte que están en una situación más preocupante que en 2008. La consultora asegura que el crecimiento en la década pasada ha sido menor que en los 10 años antes de la anterior crisis y que el sector no ha recuperado todavía los niveles de rentabilidad que ostentaba hace más de una década.

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