Hasta la llegada del 4K, normalmente las resoluciones se han venido nombrando por los píxeles verticales (720p o 1080p). Sin embargo, se decidió nombrarlo 4K por la resolución horizontal superior a 4.000 píxeles para simplificar y hacerlo más fácil. 

Su nombre completo y correcto es 4K UHDV, aunque también se lo conoce como 4K UHD (Ultra HD), o incluso 2160p. Así, 4K UHD, con 3840 x 2160 píxeles (8.294.400 píxeles), es cuatro veces la resolución de 1080p (1920 x 1080 píxeles, o 2.073.600 píxeles).

Los píxeles y resoluciones más comunes son:

HD: 1280 x 720 píxeles

Full HD: 1920 x 1080 píxeles

WQHD: 2560 x 1440 píxeles

4K UHD: 3840 x 2160 píxeles

Hay una clara diferencia de resolución al pasar de Full HD a 4K. Al multiplicar por cuatro la resolución, también disminuye la distancia a la que se puede ver una pantalla antes de empezar a distinguir los píxeles individuales. Al sentarse más cerca, se tiene una mayor inmersión en la imagen dado un mismo tamaño de pantalla.

Por ejemplo, una TV de 55 pulgadas 4K puede empezar a verse adecuadamente a un metro, y una de 65 pulgadas a 1,2 metros. Para ver la misma calidad que una 4K de 55 pulgadas en una Full HD, es necesario sentarse a al menos 2 metros, según informa el sitio adslzone.net. 

Con respecto al HDR, es una tecnología que mejore la calidad de imagen de forma soberbia, y actualmente sólo se implementa en televisores 4K. Los de gama alta cuentan con paneles de 10 bits en lugar de 8 bits tradicionales, lo cual implica que pueden reproducir 1.000 millones de colores en lugar de los 16,7 millones que reproducen las pantallas de 8 bits. A su vez, la luminosidad de estos paneles es mayor, con lo que la imagen es mucho más realista.

Hay que diferenciar entre dos tipos de televisores con HDR: los que lo llevan de verdad y los que no. La mayoría de televisores 4K baratos dicen tener HDR, pero en realidad son capaces de reproducir contenido en HDR, pero hacen aproximaciones de esos colores extra hacia los que sí pueden reproducir.

Para tener un televisor HDR real, tenés que fijarte que cumpla con los estándares HDR, como Dolby Vision, HDR10 o HDR10 . Todos los televisores que pueden reproducir HDR real son compatibles con HDR10 y por tanto obtienen la certificación de la asociación responsable. Si dice HDR10, casi seguro que tiene HDR real.

Las primeras películas en 4K pudieron empezar a verse en 2011 en cines de Estados Unidos, a pesar de que Sony ofrecía proyectores de cine de esa resolución desde 2004. El primer proyector para el hogar fue lanzado en 2012.

YouTube soporta vídeos en 4K desde 2010 como consecuencia de que había ya fabricantes de cámaras que permitían grabar en esa resolución. Para ello usan el códec VP9, que es abierto y desarrollado en parte por Google, en lugar de HEVC porque dicen que es "mejor" para la plataforma. Desde 2017 permiten, eso sí, subir vídeos grabados directamente en HEVC.

La primera plataforma de streaming de pago que empezó a contar con contenido 4K de forma nativa y estable fue Netflix y en 2016 empezaron a ponerse a la venta los primeros reproductores Blu-Ray 4K UHD, además de las consolas Xbox One S en 2016, PS4 Pro a finales de ese mismo año, y posteriormente Xbox One X. 

Desde entonces, la cantidad de contenido no ha parado de crecer. Actualmente hay películas y series en 4K en Netflix y Amazon Prime Video. En cuanto al Blu-ray, actualmente hay casi 1.000 películas disponibles en esta resolución disponibles en Blu-ray, aunque es difícil conseguirlas por lo que lo que muchos usuarios optan por descargarlas de redes P2P en muchas ocasiones. 

Para enchufar un reproductor u ordenador a una pantalla 4K se pueden usar dos cables: HDMI o DisplayPort, siendo este último exclusivo de monitores. Con un cable HDMI 1.4 se puede ver 4K a 30 Hz, suficiente para películas. Sin embargo, para ver 4K a 60 Hz, es necesario tener un cable HDMI 2.0 o posterior. En el caso de DisplayPort, con un cable 1.2 y posterior se puede ver 4K a 60 Hz sin problemas.

Jugar en 4K lleva años siendo posible en PC. Se necesita una computadora potente, ey incluso con una de gama media se puede jugar a juegos poco exigentes. Consolas como PS4 Pro y Xbox One X tienen también multitud de títulos en 4K, aunque muchos de ellos usan técnicas como el checkerboarding para reescalar títulos con resoluciones como 1440p o 1600p.

Actualmente hay dos tipos de tecnologías para televisores 4K: LCD y OLED. Las LCD consisten en un panel LED que retroilumina un panel LCD desde atrás, y es el panel LCD el que, mediante modificaciones al cristal líquido de la parte frontal, deja pasar una determinada cantidad de luz. Una derivación de estos paneles son los QLED de Samsung, que en lugar de usar una luz blanca para retroiluminar, usan una luz azul y puntos cuánticos para mejorar la cantidad de luz que pasa y el color.

En el caso de las OLED, son los propios píxeles individuales los que se iluminan, generando una imagen más contrastada y realista. Sin embargo, sus componentes orgánicos se desgastan con el tiempo, por lo que hay que tener cuidado de no dejar elementos fijos en la pantalla durante mucho tiempo. El brillo de estos paneles es también algo menor, pero el efecto que tiene es equivalente al de los mejores LCD gracias a un mejor contraste, que no es más que la diferencia entre el punto más oscuro y el más luminoso del panel. Un panel OLED puede apagar sus píxeles y que el negro sea negro puro, de tal manera que la relación de contraste es infinita.

Si tenés un televisor Full HD anterior a 2015, entonces merece la pena cambiar a un televisor 4K. No es sólo el aumento de resolución lo que hace que merezca la pena cambiar, sino que hay otras muchas ventajas asociadas a comprar un televisor 4K. Hay Internet para ver contenido en streaming de mejor calidad y resolución, control con el celular, compatibilidad con el futuro estándar DVB-T2, HDR, sonido DTS y Dolby, grabar televisión para verla en diferido, multitud de aplicaciones para películas y series, reproductor con DLNA incluido, mayor eficiencia energética, y un largo etcétera.

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