Una de las razones de una conexión inalámbrica más lenta de lo normal se encuentra en la ubicación del router Wi-Fi. Pero existen otros motivos tal vez menos obvios que tienen una gran incidencia en la calidad de la transferencia.

Hoy en cada casa conectada a Internet hay en general vinculados a la red dos o tres aparatos electrónicos a la red inalámbrica, desde el teléfono móvil, una tableta, la consola de sobremesa, el televisor o un dispositivo inteligente como un asistente digital.

Esto en principio puede reducir el ancho de banda. Dependiendo de la tarifa contratada, más de uno ha sentido que la velocidad se ha reducido en comparación con esos primeros días en donde todo marcha sobre ruedas. Antes de llamar al técnico es posible poner en práctica algunos consejos útiles para que vuelva a funcionar, o al menos intentarlo, en condiciones.

Reinicio del router

Lo primero que hay que hacer es, aunque suene obvio, comprobar si es verdad que la velocidad es inferior a la contratada inicialmente. Existen aplicaciones para móviles que actúan a modo de test de velocidad como Speedtest, SpeedOff, Fing, Fast o Test de Velocidad de Google en la que recoge datos de la velocidad de subida y la de descarga.

En caso de que se sospeche de la existencia de algún problema técnico es conveniente reiniciar el router Wi-Fi. Es una medida que suele tener efectos inmediatos. Pasados unos segundos, lo más probable es que funcione la red inalámbrica como se esperaba.

Encontrar una buena ubicación y posición del router

"La posición ideal para tu router afecta", informó la empresa Devolo, que señala varios motivos por los que la velocidad de Internet puede ir más lenta de lo normal. Entre ellos, tener en cuenta si el router está o no demasiado lejos del salón, que es la ubicación donde en general se suelen conectar más los aparatos. "Esto seguramente causará problemas con el alcance", añadieron las mismas fuentes.

Lo más interesante es que el receptor de la señal se encuentre en un lugar diáfano cuyas ondas no se vean interrumpidas y lo más cerca de donde se vayan a utilizar los dispositivos electrónicos.

Lo más recomendable es pensar en una posición elevada, por ejemplo, encima de un mueble o un armario. En caso de que el router cuente con antenas externas, es posible colocarlas en diferentes posiciones o ángulos para ver si la recepción de la señal presenta diferencias. Si no, es posible cambiar de antena, aunque no todos los routers lo permiten.

No sature la red o aleja a los vecinos

Las redes Wi-Fi de los vecinos pueden ser la causa de posibles interferencias en tu Wi-Fi. Algunos dispositivos de tu hogar también generan interferencias. Aléjalos de tu router o apágalos si no los necesitas.

Es importante no saturar la red inalámbrica. Y esto es fácil hacerlo con solo apagar los dispositivos que estén conectados por Wi-Fique no se esté utilizando en esos momentos.

Para comprobar si hay alguien "robando" tu Wi-Fi, solo hay que abrir un navegador con la dirección específica (generalmente, 192.168.1.1 o 192.168.0.1) y ver todos los movimientos.

Si aparece en el listado un dispositivo que no es nuestro, ahí tienes una razón. El problema de que alguien sin nuestro permiso acceda al router es que una configuración inadecuada de nuestra red inalámbrica "puede permitir a un atacante robar la información que transmitimos".

Actualizar el router

Otro de los posibles motivos de una señal deficitaria se encuentra, a veces, en la necesidad de instalar algunas actualizaciones de software del router que, como aparato electrónico conectado a Internet, también necesita de algunos ajustes.

Se trata del "firmware", un programa interno que controla el funcionamiento. Para ello, hay que consultar la web del fabricante en donde se informará de los pasos, a través de una página web desde donde introducir nombre de la red y la contraseña, desde donde aparecerá una opción en "Administración" que permita comprobar si existen actualizaciones disponibles. Si tampoco da resultado hay que empezar a pensar en otras cosas.

Instalar un repetidor

Aunque esto sucede más bien en casas grandes, en el mercado existen alternativas de repetidores Wi-Fi pensados para distancias cortas. Más que nada para suplir algunas zonas de la vivienda en la que, por diseño y construcción, falta más cobertura o no llega la señal.

Cuantas más paredes o plantas deba atravesar la señal, más lenta puede ir la conexión. Y, con ello, los cabreos y "cuelgues". Gracias a estos pequeños aparatos se puede ampliar la señal, aunque es necesario comprobarlo para saber si tiene efecto.

Cambio de canal

Es posible, aunque no lo parezca, conectarse a los canales menos colapsados. "A veces, en la página de administración de tu router, hay una opción llamada control del canal que sirve para elegir uno de los canales en los que puede operar tu route", informó Devolo.

Los routers modernos pueden configurarse para que de manera automática encuentre el mejor canal para la red y analizar, desde un mapa, la saturación para poder elegir el que mejor se adapta a las necesidades del usuario. Esto es algo que se puede comprobar fácilmente desde servicios digitales instalados en móviles.

Regreso al cable

Recurrir a los cables no sirve para los teléfonos móviles o las computadoras portátiles, pero puede ser una opción conveniente para las consolas de sobremesa de tipo PlayStation 4 o Xbox One, cuyos usuarios juegan a menudo con otros jugadores por Internet.

Conectarla directamente al router a través de su puerto Ethernet puede ayudar a la mejora de la velocidad. Con ello logramos que el aparato reciba la señal más potente. También se puede conectar algunos aparatos en otra frecuencia, la de 5 GHz, y otros a la más extendida de 2.5 GHz, pero no todos los routers cuentan con esta posibilidad. Lo más drástico es cambiar de router Wi-Fipor por uno más actual o, incluso, valorar la oportunidad de contratar otra tarifa.

Te puede interesar