Continental estuvo presente en el salón de Frankfurt con una tecnología revolucionaria que podría ser la que se utilice en los neumáticos del futuro. Se llama CARE, siglas que responden a Conectado, Autónomo, Seguro y Electrificado.

Se trata, en rigor, de un sistema eléctrónico que se integra en el lugar donde debería encontrarse la llanta, haciendo posible que controle el estado de la goma y, en caso de que sea necesario, ajustar su presión para conseguir la mayor eficiencia posible.

De este modo, automáticamente, aumenta o reduce la presión del neumático, lo que, entre otras cosas, permite derivar en un consumo de combustible o gasto energético (para los eléctricos) menor.

Los informes sobre la materia afirman que una presión de 0,5 bares por debajo de la correcta, afecta en un 2,8% a la eficiencia durante la conducción. Además, en sus estudios apuntan a que el 25% de los automóviles circulan por la calle con unos neumáticos inflados con presiones incorrectas.

Todo esto podría tener la solución en la tecnología desarrollada por el fabricante, gracias a la bomba centrífuga que se integra en cada cubierta, utilizando la fuerza de giro de la propia rueda para aumentar la presión.

Y conseguir una mayor eficiencia, a su vez, se traduce en unas emisiones contaminantes más reducidas.

El sistema de Continental también permitirá monitorear las condiciones de los neumáticos, algo no solo útil para conductores particulares, sino también, para las empresas que tengan grandes flotas de vehículos.

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