Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Colombia apunta a crear una jornada laboral de 40 horas semanales y a eliminar el trabajo de horas extra para generar nuevos empleos. El dirigente anunció que en la próxima reunión de la comisión permanente de concertación de políticas salariales y laborales, que se realizará el 19 de septiembre, dará a conocer su propuesta al Gobierno y empresarios. 

Gómez explicó que "nos parece que en un país con tanto desempleo no es justo que la gente labore horas extras, ya que por el contrario un empleado en sus ocho horas de trabajo debe devengar lo suficiente para que su familia viva bien".

Según el dirigente sindical, reducir la jornada laboral no daría pie para reducir el salario: "El sueldo no se puede reducir porque en una política inteligente, si la gente labora menos horas seguramente va a ser más productiva. En algunos países de Europa ya se está laborando 36 horas semanales y en algunos lugares inclusive están trabajando y 30 horas semanales».

Frente a la reducción de las horas extra, explicó que "lo que estamos diciendo es que si el trabajador sale a las 6 de la tarde y la empresa necesita trabajo extra, puede tener turnos especiales para nuevos trabajadores y así eliminar el espectro del desempleo que impacta nuestro país. Trabajadores por ejemplo a medio tiempo, para suplir ese trabajo de horas extras".

Por su parte Fabio Arias, secretario General de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), manifestó su acuerdo con la propuesta de reducir la jornada laboral y agregó que eliminar las horas extra "es complejo".

El economista y experto laboral de la Universidad Externado de Colombia, Federico Corredor, manifestó su desacuerdo frente a la propuesta de eliminar el trabajo de horas extra. Según Corredor "Hay dinámicas empresariales que implican que hayan empleados de confianza. Hay trabajadores que conocen muy bien las labores, la rotación de personal implica unas pérdidas para el empresario en términos del manejo y de la confianza y, de algún modo, no soy partidario de establecer de manera obligatoria que los trabajadores no puedan hacer horas extras".

"Es decir no tiene sentido obligar a los empresarios a que desconozcan la dinámica del mercado e imponerles que tengan que buscar nuevo personal con todo lo que lógicamente eso implica", agregó el economista.

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