La startup WeWork, que alquila espacios de trabajo a pequeñas empresas y autónomos, tenía previsto salir a Bolsa en pocas semanas e incluso hacer una ronda con inversores para convencerles de las virtudes de su negocio. Sin embargo SoftBank, su máximo inversor, está intentando convencer a la cúpula de WeWork de que al menos retrasen la salida ante la escasa demanda. Las dudas de los inversores viene por la cuestión de la gobernanza de la empresa y sobre las posibilidades del negocio en sí.

Según Bloomberg, directivos de SoftBank intenta convencer a los responsables de WeWork de retrasar los planes. En las últimas semanas, WeWork ha pasado de ser un unicornio al que Goldman Sachs llegó a valorar en 65.000 millones de dólares a generar cada vez más dudas entre los inversores.

Ya la semana pasada se especulaba con que WeWork llegue a Bolsa con un descuento del 50% sobre la valoración inicial e incluso queda el reto de convencer a los inversores de que su modelo de negocio puede ser algún día rentable, ya que por el momento no lo es. 

Adam Neumann y Miguel McKelvey fundaron WeWork hace poco menos de una década, alquilando espacios de oficinas amueblados a empresas emergentes, empleados autónomos y negocios con presupuestos modesto que necesitan flexibilidad. 

La utopía es cambiar la naturaleza del trabajo, como hicieron Uber y Lyft con la propiedad del coche. El primer WeWork se abrió en el Soho neoyorquino y actualmente tiene 528 localizaciones, a los que sumará 169 más en los próximos meses.

WeWork cuenta con 527.000 miembros y 604.000 estaciones de trabajo, de acuerdo con el folleto la oferta. Pero para expandirse necesita destinar mucha liquidez, para hacerse con propiedades en los mercados más caros del planeta, y renovarlas. Eso provocó que el pasado ejercicio perdiera tanto dinero como facturó. 

Una de las ventajas que ofrece WeWork a sus inquilinos es cancelar en cualquier momento el alquiler sin penalizaciones. Pero eso no es tan fácil de hacer con las obligaciones que tiene la compañía para explotar los edificios. Y si a eso se le suma que acumula una deuda de U$S 47.200 millones, la gran pregunta que se hacen los inversores es qué pasará si la economía entra en recesión.

La compañía esperaba recaudar inicialmente hasta 4.000 millones con la colocación y 6.000 millones adicionales en deuda, en paralelo a la oferta pública. El folleto con los detalles de la oferta, no permite calcular el coste asociado a entrar en una nueva localización para explotarla, ni lo que cuesta transformarla, operarla, etc. Eso hace imposible identificar qué localizaciones son rentables, si es que hay alguna.

WeWork tiene entre sus principales inversores al conglomerado japonés Softbank, a JPMorgan y a Benchmark. En la última ronda de financiación en enero logró una financiación de 47.000 millones en el mercado privado. Esa valoración se rebajó a la mitad y ni siquiera a 25.000 millones es capaz de generar la demanda que necesita para proceder al debut bursátil, que se espera para este septiembre. Por eso SoftBank piensa ahora en aplazar.

Los ejecutivos de WeWork responden al escepticismo diciendo que estas pérdidas deben verse como una "inversión", porque el alquiler de oficinas es un modelo de negocio simple y que está probado. Las métricas básicas tampoco tienen muchas perspectivas de mejorar lo suficientemente rápido y el gasto en marketing se come todo lo que gana. Por eso muchos se preguntan por qué se valora a WeWork como un empresa tecnológica cuando en realidad es una firma inmobiliaria.

Sam Zell es uno de los grandes inversores en el negocio inmobiliario comercial que no ve claro el negocio de WeWork. Considera que no ofrece nada nuevo en el mercado y cuestiona que este sea un modelo rentable. 

Y todo esto sin entrar en cuestiones de gobernanza corporativa, como la decisión de comprar a Neumann los derechos de We. La compañía está tratando en paralelo de expandirse más allá de los espacios de oficinas, con escuelas de enseñanza primaria (WeGrow) y complejos de viviendas (WeLive). La filosofía es la misma: liberar el potencial humano a través de la colaboración en comunidad.

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