La forma en la que los consumidores compran y la estructura de los ciclos estacionales complejizaron la industria de la moda. Muchas marcas de ropa trabajan con ocho o más colecciones al año y por eso, cada vez es más importante para los minoristas poder responder a las necesidades a corto y largo plazo.

Además, la combinación de compras online y offline es tan normal para las generaciones jóvenes, que distinguir una de otra no es relevante.

Tal como explica el sitio Trace ID, uno de los retos que se plantean es la gestión de la entrega de ropa, un sistema etiquetado como"poco transparente". Para solucionar este histórico problema, la industria comenzó a utilizar la identificación por radiofrecuencia, o simplemente RFID, lo que ofrece una mayor visibilidad de los productos, reduce el riesgo, el hurto y la pérdida, y mejora la productividad de los empleados.

Constituye, además, una de las herramientas más populares para obtener información sobre los niveles de existencias y, posteriormente, para conseguir transparencia a lo largo de toda la cadena. 

Los principales actores como C&A, Nike e Inditex ya utilizan RFID. Es probable que se produzca un efecto bola de nieve, ya que la tecnología también se puede utilizar en cadenas más pequeñas. "Varias empresas de moda europeas están trabajando intensamente en ello entre bastidores, con diferentes soluciones RFID", declaró al sitio FashionUnited Fran Zanier, director europeo de Marketing de Checkpoint Systems, empresa que distribuye estos sistemas. 

Además del avance de la RFID, los sistemas tradicionales de prevención de pérdidas han seguido desarrollándose. Los consumidores, en particular los más jóvenes, visitan con menos frecuencia las tiendas físicas. Y si deciden ir físicamente de compras, los minoristas necesitarán poder ofrecer una experiencia.

"Mediante la creación de antenas totalmente personalizadas, los minoristas pueden promocionar diferentes productos, realizar promociones estacionales y, al mismo tiempo, aumentar el conocimiento de la marca. De este modo, los dispositivos funcionales se vuelven realmente atractivos. Se trata de lograr el equilibrio adecuado entre diseño, concepto y, por último, pero no por ello menos importante, cómo funciona el producto", explicó Zanier.

Además de las gamas clásicas, se ve una creciente demanda de soluciones personalizadas. A menudo, se trata de soluciones ya existentes que se adaptan a productos hechos a medida. Lo mismo se aplica al desarrollo de etiquetas de precios y etiquetas para el cuidado de la ropa.

Antiguamente, bastaba con etiquetas de precios sencillas, con datos variables como el precio, el tamaño, el color y el código de barras impresos en la etiqueta. Hoy en día, a las empresas de moda les gusta distinguirse con etiquetas de estilos atrevidos, que transmitan la imagen y los valores de la marca al consumidor para mejorar la experiencia del cliente.

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