WeWork, la empresa de oficinas compartidas, se prepara para su salida a Bolsa. Sin embargo, SoftBank, su mayor inversor, está intentando dilatar la presentación porque se empezaron a generar algunas dudas sobre su modelo negocio y la gobernanza de la empresa.

Fuentes cercanas a WeWork le explicaron a Bloomberg que pasó de ser un "gran unicornio" que valdrá 65.000 millones de dólares a generar dudas entre su cúpula directiva.

Ya la semana pasada se especulaba con la posibilidad de que WeWork llegase a Wall Street con un descuento del 50% sobre la valoración inicial y está por ver incluso si con esta drástica rebaja en su valoración será capaz de convencer a los inversores de que su modelo de negocio puede ser algún día rentable.

Actualmente, WeWork cuenta con 527.000 miembros y 604.000 estaciones de trabajo, de acuerdo con el folleto la oferta. Es el doble que un año antes. Es un ritmo de crecimiento que suele gustar a los inversores. "Nos llevó más de siete años lograr 1.000 millones en ingresos anuales pero solo uno para alcanzar los 2.000 millones y seis meses para los 3.000 millones", afirma. El 56% de su facturación proviene de EE UU. 

Sin embargo, lo que explica El País de España para expandirse necesita destinar mucha liquidez, para hacerse con propiedades en los mercados más caros del planeta, y renovarlas. 

Eso provocó que el pasado ejercicio perdiera tanto dinero como facturó. En los primeros seis meses del ejercicio el negativo era de 905 millones de dólares, tras registrar ingresos de 1.540 millones. Además, tiene 17.900 millones en obligaciones de alquiler a largo plazo.

WeWork tiene entre sus principales inversores al conglomerado japonés Softbank, a JPMorgan y a Benchmark. En la última ronda de financiación en enero logró una financiación de 47.000 millones en el mercado privado.

Esa valoración se rebajó a la mitad y ni siquiera a 25.000 millones es capaz de generar la demanda que necesita para proceder al debut bursátil, que se espera para este septiembre. Por eso SoftBank piensa ahora en aplazar.

Los ejecutivos de WeWork responden al escepticismo diciendo que estas pérdidas deben verse como una "inversión", porque el alquiler de oficinas es un modelo de negocio simple y que está probado. Es una manera de distinguirse de Uber y Lyft, que se estrenaron recientemente en Wall Street bajo una fuerte presión porque en el parqué no ven cómo pueden llegar a ser rentables.

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