Una de las razones de tal cambio que impacta radicalmente el día a día de la fabricación de vehículos, es que los autos eléctricos tienen menos piezas y requieren menos procesos de ensamblado que sus parientes a combustión.

Eso necesariamente cambia en forma radical las líneas de producción, que requieren menos procesos intermedios, y por lo tanto, más bajas cantidades tanto de mano de obra humana, como robotizada.

También tiene un impacto en la producción de componentes necesarios para el ensamblado y, por ejemplo, las baterías y los motores eléctricos que alimentan los nuevos vehículos se pueden conseguir completamente armados desde cualquier lugar del plantea. O sea, la cadena de suministros también se ve afectada, y hay que aggiornarla a los procesos que definen una Industria 4.0.

Así pues, los vehículos completamente eléctricos no tienen transmisiones de varias velocidades, radiadores, inyectores de combustible, tanques de gas, trenes de válvulas o sistemas de escape, por nombrar sólo algunas partes. Mientras que las transmisiones convencionales tienen hasta 2.000 piezas, las eléctricas pueden tener menos de 20.

En el nivel más básico, es un motor eléctrico y una gran batería. Y esos podrían importarse fácilmente en lugar de ser construidos por un fabricante de automóviles o un proveedor estadounidense.

La perspectiva está causando suficiente ansiedad en el sindicato internacional United Auto Workers (UAW) que emitió un informe de casi 40 páginas este año sobre las "implicaciones" de los vehículos eléctricos y cómo abordarlos.

"Habrá un cambio absoluto en los empleos en la manufactura. Muchos de los pequeños componentes individuales que entran en los vehículos hoy en día, especialmente en los motores, muchas de esas cosas. desaparecerán", decía el informe.

General Motors, Ford y otros anunciaron sus planes de vehículos eléctricos más agresivos hasta la fecha. Durante la próxima década, GM y Ford presentarán miles de vehículos eléctricos de batería para competir en los mercados de todo el mundo.

Y aunque la mayoría de los expertos no esperan que las ventas de vehículos eléctricos superen a las que funcionan con motores de combustible convencionales en las próximas tres décadas, la propulsión de la nueva era amenaza con interrumpir un proceso de fabricación centenario que actualmente emplea a miles de personas.

Los analistas del sector automotriz no esperan que los vehículos eléctricos representen más del 10% del mercado a nivel mundial hasta finales de 2020. Es entonces cuando los vehículos eléctricos pueden comenzar a sacudir las cosas.

En el caso de Ford, planea construir su primer crossover totalmente eléctrico a batería en México para la venta en 2020. El fabricante de automóviles tiene planeado un F-150 totalmente eléctrico a batería, y se espera el lanzamiento de más vehículos. En total, la empresa planea gastar u$s 11.000 millones en electrificación durante los próximos años, indicó El Economista.

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