En un contexto de crisis, los argentinos apuestan a refugiar sus ahorros en dólares. Pero el crowdfunding también permite invertir fácilmente en ladrillos
09.09.2019 • 13:00hs • Opciones
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La tecnología democratiza el acceso a la inversión inmobiliaria
El ladrillo es un refugio. Una opción segura, tangible. El inversionista tiene la certeza de que su patrimonio descansa en buenas manos y lejos de grandes volatilidades. Eso es muy valioso en un país como Argentina, caracterizado por variables macroeconómicas tan cambiantes e impredecibles.
Es muy difícil ganarle a la inflación, ahorrar, invertir a bajo riesgo y con retornos convenientes. Frente a esas complejidades, el sector inmobiliario aparece como una alternativa razonable. El problema comienza cuando la barrera de ingreso es muy alta. Es decir, cuando es necesario tener mucho dinero para invertir en una propiedad.
En ese contexto, la expresión "guardar la plata abajo del colchón" puede ser más real que metafórica, porque muchas personas no saben dónde destinar su capital, ya sea porque el monto es insuficiente para comprar una casa o un departamento y/o que sirva de base para acceder a un crédito, o bien porque no encuentran instituciones de confianza que gestionen ese capital de forma criteriosa.
En ese sentido, democratizar el Real Estate implica, en primer término, que haya lugar para todo tipo de inversionistas. ¿Qué hace un joven con 1.000 dólares de ahorros? ¿Dónde los invierte? El crowdfunding inmobiliario es una tendencia que nació para responder a esa necesidad, abriendo espacio a un gran número de microinversionistas que, reunidos de forma colaborativa, pueden comprar una casa, no solo en Argentina, sino en cualquier parte del mundo. El desarrollo de la tecnología y la apar