La Revista Nature informó que Japón será el primer gobierno que permita experimentos con embriones de animales que contienen células humanas para propósitos científicos, tales como producir órganos con células humanas para posibles trasplantes. Esto es solo un anuncio, lo que no significa que ya se haya conseguido hacer un trasplante animal-humano, sino que por primera vez un gobierno está dispuesto a que un grupo de investigadores lo intente.

El gobierno japonés había prohibido explícitamente el crecimiento de embriones animales que contienen células humanas más allá de 14 días o el trasplante de dichos embriones en un útero sustituto. Pero el Ministerio de Educación y Ciencia de Japón ha emitido nuevas pautas que permiten la creación de embriones humanos-animales y que además puedan ser trasplantados en animales sustitutos para desarrollarse completamente.

Un equipo de científicos japoneses, liderado por Hiromitsu Nakauchi, de la Universidad de Tokio, será el primero en comenzar los experimentos tras la aprobación del Ministerio de Ciencia. El plan del equipo de Nakauchi es cultivar células humanas en embriones de ratón con el objetivo final de producir animales con órganos hechos de células humanas que eventualmente sean trasplantados a personas. 

El investigador japonés ha declarado a Nature que en un primer momento, tan solo cultivará embriones de ratón híbrido hasta los 14 días. Hará los mismos experimentos en ratas, haciendo crecer los híbridos a corto plazo, unos 15 días. Finalmente, Nakauchi planea solicitar la aprobación del gobierno para cultivar embriones híbridos en cerdos por hasta 70 días.

Las investigaciones en este campo no son novedosas, de hecho se extienden ya más de una década. Se estima que una tecnología que fuera capaz de desarrollar órganos viables salvaría millones de vidas cada año en todo el mundo. A pesar de que este tipo de embriones híbridos se han cultivado con anterioridad en diferentes centros de investigación, ningún proyecto tuvo éxito, en muchos casos por obstáculos legales que impedían su desarrollo. 

Sobre el papel, las trabas legales y éticas se han solucionado con este permiso del Ministerio de Ciencia japonés, ahora falta la parte más difícil: conseguir llevar a cabo todo el experimento, superar los problemas técnicos que han culminado otros proyectos, y finalmente obtener el primer órgano viable para trasplante.

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