Cuando un usuario cae en un sitio fraudulento e introduce sus datos, la información no desaparece tras el robo del dinero. En realidad, entra en un mercado inmenso donde los datos de las víctimas son clasificados, verificados y revendidos constantemente.

Entre enero y septiembre de 2025, el 88,5% de los ataques estuvieron dirigidos a robar credenciales de cuentas en línea, mientras que un 9,5% buscó datos personales y un 2% datos de tarjetas bancarias.

La ruta de los datos robados

Los ciberdelincuentes operan en una cadena de suministros similar a la de cualquier industria legal.

El viaje típico de la información robada sigue estos pasos:

¿Qué buscan los atacantes y cómo protegerse?

La variedad de información solicitada es amplia: desde nombres completos y direcciones para realizar estafas dirigidas, hasta biometría (huellas o voz) para generar deepfakes u omitir la autenticación de dos factores.

Si sospechás que tus datos fueron comprometidos, los expertos recomiendan:

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