La industria de la inteligencia artificial (IA) atraviesa un desafío estructural que va más allá del desarrollo de modelos cada vez más avanzados. 

El consumo energético asociado a la construcción y operación de grandes centros de datos se convirtió en una preocupación creciente para gobiernos, empresas y usuarios

Chris Kelly, exjefe de privacidad de Facebook, advirtió que el futuro de la IA dependerá de su capacidad para volverse más eficiente desde el punto de vista energético

Detalló que el cerebro humano funciona con apenas 20 vatios, mientras que los sistemas de IA requieren infraestructuras que consumen millones de vatios.

Según Kelly, la eficiencia energética será un factor clave en la competencia entre las grandes empresas tecnológicas.

Aquellas compañías que logren reducir los costos operativos de los centros de datos obtendrán una ventaja clara en un mercado cada vez más saturado y costoso.

Centros de datos bajo presión: el desafío que enfrenta la IA de cara al futuro

El auge en la construcción de centros de datos ya generó interrogantes sobre el origen de la electricidad necesaria para sostenerlos.

En varias regiones, las redes eléctricas operan cerca de su límite y el incremento proyectado de la demanda podría agravar la situación.

En septiembre pasado, Nvidia y OpenAI anunciaron planes para desarrollar centros de datos que requerirían al menos 10 gigavatios de electricidad, una cantidad equivalente al consumo anual de aproximadamente 8 millones de hogares en los Estados Unidos. 

Sin embargo, las preocupaciones por los costos se intensificaron tras el lanzamiento de un modelo de lenguaje gratuito por parte de la empresa china DeepSeek, que aseguró haberlo desarrollado con una inversión inferior a u$s6 millones.

Kelly anticipó que más empresas chinas emergerán como actores relevantes en el mercado de la IA. 

En ese contexto, mencionó que Donald Trump aprobó la venta de chips Nvidia H200 a China, una decisión que podría acelerar la adopción de infraestructura avanzada en ese país.

Además, sostuvo que los modelos de código abierto desarrollados en China permitirán que más usuarios accedan a herramientas básicas de computación e IA, algo que intensificará la competencia global y presionará a las empresas occidentales a reducir costos y mejorar la eficiencia energética.

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