El control fronterizo de Estados Unidos está a punto de enfrentar una transformación radical que pone en jaque la privacidad de millones de viajeros en todo el mundo. Una nueva propuesta, impulsada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), busca obligar a los visitantes extranjeros a revelar hasta cinco años de su historial en redes sociales antes de ingresar al país.
Esta medida, que aplicaría principalmente a los visitantes que proceden de países exentos de visado (Programa de Exención de Visado, o ESTA), convertiría la información digital personal en un "elemento de datos obligatorio" para la solicitud de ingreso.
El cambio es significativo porque ampliaría drásticamente la información recopilada de los ciudadanos de unos 40 países (incluyendo gran parte de Europa y aliados clave) que pueden entrar en Estados Unidos durante un máximo de 90 días sin necesidad de visado formal.
La invasión digital: historial de redes, emails y biometría
La nueva propuesta va mucho más allá del simple nombre de usuario en Instagram o X. El objetivo es recopilar una cantidad de información sin precedentes de los visitantes que llegan al país.
Según un aviso publicado en el Registro Federal, los solicitantes tendrían que proporcionar detalles de su actividad en las redes sociales durante los últimos cinco años. Aunque la propuesta no especifica aún qué plataformas o tipos de información solicitarían, la medida es profunda.
Además del historial en redes, la medida incluye planes para recolectar datos altamente sensibles:
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Números de teléfono: Utilizados en los últimos cinco años.
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Direcciones de correo electrónico: De los últimos diez años.
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Información familiar más detallada: Nombres, fechas de nacimiento, direcciones y datos de contacto de miembros familiares.
El control biométrico antes del viaje
La propuesta también incluye planes para recopilar datos técnicos y biométricos adicionales de los viajeros, trasladando una parte del proceso de control de la frontera a la etapa previa al viaje.
Esto podría incluir:
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Direcciones IP y metadatos de fotografías subidas.
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Identificadores biométricos: Imágenes faciales, huellas dactilares, ADN y datos del iris.
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La exigencia de enviar una selfi como parte del proceso de solicitud ESTA.
La CBP estima que más de 14 millones de personas al año utilizarían la nueva aplicación móvil ESTA si se implementan los cambios. El proceso de solicitud se trasladaría exclusivamente a una app móvil del gobierno, eliminando la opción de solicitud a través de un sitio web.
El debate: ¿Seguridad o autocensura?
Las autoridades afirman que las medidas forman parte de un esfuerzo amplio para reforzar la seguridad fronteriza y hacer frente a las amenazas, citando una orden ejecutiva firmada por el presidente Trump.
Defensores de la medida argumentan que es necesario aumentar el escrutinio para identificar a personas que puedan suponer un riesgo para la seguridad.
Sin embargo, la propuesta ha atraído fuertes críticas por parte de defensores de los derechos digitales y abogados especializados en inmigración.
Las advertencias se centran en las implicaciones sobre las libertades civiles:
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Autocensura: La divulgación obligatoria del historial en redes sociales puede llevar a los viajeros a autocensurar sus comentarios en línea para evitar ser malinterpretados o rechazados.
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Ralentización del proceso: La ampliación de la recopilación de datos podría ralentizar drásticamente los tiempos de tramitación de las aprobaciones del ESTA, creando incertidumbre para los viajeros de corta duración.
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Daño a la reputación: Los críticos argumentan que la medida podría disuadir a los visitantes y plantear serios problemas en materia de libertades civiles, dañando la reputación mundial de Estados Unidos como destino turístico y de negocios.
El riesgo económico: impacto en el turismo masivo
El factor económico es significativo. La propuesta llega en la antesala de importantes eventos internacionales que Estados Unidos acogerá, como la Copa Mundial FIFA 2026 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028.
La incertidumbre en el proceso de ingreso podría tener un impacto en el número de visitantes extranjeros que asistan a estos eventos.
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, la unión americana es la única de las 184 economías analizadas que se espera que experimente un descenso en el gasto de los visitantes internacionales en 2025. Esta nueva medida podría acelerar esa tendencia negativa, haciendo que los viajeros opten por destinos con procesos de ingreso menos invasivos.
La Administración de Trump ha defendido la medida como necesaria para aumentar el escrutinio e identificar a las personas que pueden suponer un riesgo para la seguridad, incluidas aquellas que promueven la violencia o el terrorismo. No obstante, el debate entre seguridad y libertades civiles se mantiene abierto.