El CEO de IBM alerta que el desarrollo de una inteligencia artificial general requiere inversiones y energía imposibles sin respaldo estatal
09.12.2025 • 07:34hs • TECNOLOGÍA
TECNOLOGÍA
IBM advierte que la carrera por la superinteligencia enfrenta un callejón sin salida financiero
"De ninguna manera": el CEO de IBM asegura que la inversión necesaria para lograr una inteligencia artificial del nivel humano jamás será rentable.
Arvind Krishna sostiene que la AGI (la llamada Inteligencia Artificial General) requiere una infraestructura imposible de financiar con la tecnología actual.
Krishna no especula: pone números sobre la mesa. Afirma que un solo centro de datos de un gigavatio cuesta 80.000 millones de dólares, y que alcanzar la potencia que reclama la industria (100 gigavatios) demandaría 8 billones de dólares.
Según sus cálculos, eso obligaría a generar u$s800.000 millones anuales solo para cubrir intereses. "Prácticamente, ninguna posibilidad", sentenció en diálogo con Business Insider.
La advertencia golpea directo a Silicon Valley, donde empresas como OpenAI impulsan una carrera por más chips, más energía y más capacidad de cómputo, convencidas de que la superinteligencia está cerca.
Sam Altman quiere desplegar 100 gigavatios por año, pero Krishna le asigna entre 0 y 1% de probabilidad de éxito con la tecnología disponible hoy.
El desafío económico y técnico de la AGI
El CEO de IBM va más lejos: señala que el problema no es solo el gasto inicial, sino el mantenimiento eterno. Las GPU que alimentan la IA duran cinco años antes de quedar obsoletas y convertirse en chatarra tecnológica, lo que obliga a reinversiones constantes. A eso se suma un consumo energético equivalente al de países enteros.
La tesis que derriba Krishna es clara: la AGI no fracasa por falta de ideas, sino porque sus números no cierran. El modelo económico detrás de la superinteligencia depende de supuestos irreales y ganancias que ningún mercado privado puede sostener sin intervención estatal. Incluso actores del sector ya reconocen la necesidad de apoyo público.
Ingenieros y expertos comienzan a alinearse con la visión del directivo. Creen que la etapa del "escalar por escalar" terminó y que la fuerza bruta dejó de ser una solución mágica. Levantar centros de datos con el consumo de varios reactores nucleares no es innovación, es un callejón sin salida.
Krishna no se declara enemigo de la IA. Celebra su aporte a la productividad, pero deja un mensaje incómodo: sin un cambio drástico en la forma de crear y entrenar modelos, la AGI no será un negocio, sino una burbuja a punto de explotar.