Un aumento significativo de fraudes dirigidos a pagos móviles y nuevas ciberamenazas financieras impulsadas por inteligencia artificial (IA), que cambiarán radicalmente el panorama de la ciberseguridad financiera global, fue anticipado en el informe Kaspersky Security Bulletin 2026.
En el trabajo –al que tuvo acceso iProUP– se prevé la aparición de malware con IA capaz de adaptarse autónomamente para evadir sistemas de defensa y maximizar el daño, haciendo mucho más difícil su detección y mitigación.
También crecerán los troyanos bancarios distribuidos mediante plataformas de mensajería como WhatsApp, explotando la amplia base de usuarios y la prevalencia de la banca en línea en computadoras Windows.
Además, se esperan campañas de ingeniería social sofisticadas con uso de deepfakes para suplantación de identidad, y el surgimiento de info stealers regionales adaptados a mercados específicos.
Durante 2025, el sector financiero enfrentó más de 1.3 millones de ataques con troyanos bancarios, un reflejo del crecimiento del malware automatizado y evasivo, junto al auge del ransomware que afectó a casi el 13% de las organizaciones financieras.
Ataques inéditos a cadenas de suministro junto con el uso extendido de stealers y malware basado en blockchain complicaron la defensa de las infraestructuras.
La fragmentación de herramientas de seguridad —hasta 83 usadas simultáneamente por empresa— genera puntos ciegos que los atacantes explotan sistemáticamente.
Este ecosistema plantea nuevos retos sobre la gestión integrada, la automatización y la visibilidad continua para responder con efectividad a las amenazas.
Frente a la sofisticación del fraude móvil y bancario, Kaspersky recomienda descargar aplicaciones solo de tiendas oficiales para:
Además, productos como Kaspersky Premium con funciones avanzadas de protección y autenticación pueden reducir riesgos en pagos online.
Para empresas, la compañía sugiere:
La irrupción del Agentic AI –agentes autónomos de IA que toman decisiones con mínima supervisión humana– redefine la capacidad de ataque y defensa, fusionando la automatización con la inteligencia artificial para lograr mayor eficacia y adaptación.
La resiliencia se convertirá en un KPI estratégico para organizaciones, priorizando la recuperación rápida y la gestión integral de la exposición por encima de intentar eliminar todos los riesgos.
Este salto tecnológico obliga a reforzar las defensas técnicas y también la preparación analítica y operativa de los equipos. América Latina, con un aumento del 40% en ciberataques respecto al promedio global, se encuentra en un punto crítico para adoptar estos modelos de gestión avanzada.