Anthropic y Microsoft invirtieron juntos u$s50.000 millones con el objetivo de fortalecer su infraestructura informática y construir nuevos centros de datos en los Estados Unidos.

Anthropic, creadora del chatbot Claude, detalló que trabajará junto a la firma Fluidstack en el desarrollo de nuevas instalaciones en Texas y Nueva York, aunque evitó precisar sus ubicaciones exactas o las fuentes de energía que utilizarán.

Estos centros de datos impulsarán los sistemas de IA de la empresa y generarán unos 800 empleos permanentes y 2.400 puestos temporales durante la construcción.

Por su parte, Microsoft confirmó la construcción de un nuevo centro de datos en Atlanta (Georgia), que estará conectado a otro en Wisconsin.

Juntos conformarán una supercomputadora masiva, equipada con cientos de miles de chips Nvidia, para potenciar sus propios desarrollos de IA, así como los de OpenAI y otros socios tecnológicos.

Estas inversiones reflejan la fuerte apuesta del sector tecnológico por la infraestructura de IA, pese a los impactos ambientales y los costos energéticos que generan estos proyectos en las comunidades locales.

Anthropic y Microsoft apuestan a nueva infraestructura para la IA

De acuerdo con un informe de TD Cowen, durante el último trimestre los principales proveedores de computación en la nube en Estados Unidos contrataron una cantidad récord de capacidad de centros de datos.

En total, alcanzaron 7,4 gigavatios de energía, una cifra superior a la registrada en todo el año pasado combinado.

Oracle lidera el ranking, seguida por Google y Fluidstack, que superó a Meta, Amazon, CoreWeave y la propia Microsoft.

OpenAI, por ejemplo, anunció compromisos por más de u$s1 billón junto a Oracle y SoftBank para su ambicioso proyecto Stargate.

El avance de Anthropic y Microsoft se suma a la ola de grandes inversiones en infraestructura vinculadas a los principales desarrolladores de IA. 

Aun así, Anthropic detalló que mantendrá un enfoque "rentable y eficiente en capital" al escalar su negocio, en un contexto en el que los altos costos de energía y hardware desafían la sustentabilidad económica del ecosistema de inteligencia artificial.

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