En el marco del America Business Forum (ABF) celebrado en Miami, el director ejecutivo del banco JPMorgan Chase & Co., Jamie Dimon,­­ lanzó una predicción que captó la atención del mundo.

El ejecutivo del banco estadounidense aseguró que en los próximos 20, 30 o 40 años, los países desarrollados podrían adoptar una semana laboral de apenas tres días y medio, impulsada por los avances de la inteligencia artificial (IA).

"Mi suposición es que el mundo desarrollado trabajará tres días y medio a la semana en 20, 30 ó 40 años, y tendrá vidas maravillosas, (aunque) hay partes peligrosas", afirmó Dimon.

¿Una visión optimista?

Dimon describe un panorama en el que la IA no solo reduce la carga de trabajo, sino que también impulsa mejoras profundas en la salud y la longevidad humana: "Va a ser increíble. Va a curar un montón de enfermedades que nos han afligido".

Pero no todo serían beneficios, ya que el ejecutivo advierte que, aunque la tecnología trae oportunidades, también comporta riesgos serios:

¿Cómo sería la transición?

Por otro lado, para mitigar el impacto y preparar el terreno para ese futuro, Dimon propone varias estrategias, como reentrenar a los trabajadores cuyos roles podrían quedar obsoletos ante la IA.

En esta línea, el CEO también expresó que se deberían crear programas de asistencia para mantener los ingresos de quienes pierdan empleo, y sugirió que se deberían tomar decisiones de implementación no tan velozmente, para permitir que la sociedad y la regulación se adapten.

No obstante, el ejecutivo del banco estadounidense también hizo hincapié en que se debería avanzar en inversiones tecnológicas, como JPMorgan que recientemente anunció movilizar miles de millones para financiar industrias clave.

Por último, la idea de una jornada laboral tan corta suele calificarse como utópica, pero algunos elementos respaldan que no sea solo fantasía.

La IA ya está siendo adoptada ampliamente. Dimon menciona que en su institución se usan "grandes modelos de lenguaje" y la IA empieza a integrarse en múltiples procesos.

Finalmente, estudios sobre semanas laborales más reducidas sugieren mejoras en productividad y bienestar en contextos piloto.

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