Mientras la inteligencia artificial avanza de manera acelerada por un carril, en una vía paralela transita una larga fila de interrogantes, debates y cuestionamientos sobre el impacto de esta tecnología. 

En respuesta a esas inquietudes, Mustafa Suleyman, CEO de Microsoft AI, anunció la creación de un equipo dedicado al desarrollo de una "superinteligencia humanista", una forma avanzada de IA que promete mantener a las personas en control, incluso cuando esta tecnología supere nuestras capacidades cognitivas.

En una carta abierta presentando el proyecto, Suleyman explicó que esta superinteligencia no está pensada para dominar, sino para colaborar con la humanidad en la resolución de desafíos globales.

"La superinteligencia humanista mantiene a la humanidad al mando, siempre", explicó el ejecutivo en una frase que sintetiza el enfoque ético detrás del proyecto.

El concepto parte de una premisa clara: si la IA va a igualar o superar a los humanos en rendimiento intelectual, debe hacerlo bajo un marco que priorice el bienestar colectivo.

Según Suleyman, esto implica diseñar sistemas "cuidadosamente calibrados, contextualizados y dentro de límites", capaces de operar con responsabilidad y transparencia.

La superinteligencia necesita reglas, consensos y participación global

Desde su incorporación a Microsoft en 2024, luego de cofundar DeepMind y liderar Inflection AI, Suleyman impulsa una agenda centrada en el desarrollo seguro y útil de la inteligencia artificial.

Su mirada va en línea con los esfuerzos de la compañía por construir herramientas que no solo sean potentes, sino también confiables y alineadas con valores democráticos.

Microsoft sostiene que esta nueva generación de IA podrá asistir en áreas críticas como el cambio climático, la salud global, la educación y la gobernanza, sin desplazar el rol humano.

Además, necesita la colaboración activa de toda la humanidad, incluyendo gobiernos y empresas, así como la creación de "límites, normas y leyes sociales" que orienten su evolución.

"Para lograrlo, se requieren importantes concesiones y decisiones difíciles en entornos de gran presión competitiva, pero también de oportunidades".

La superinteligencia humanista se presenta como una respuesta a los temores crecientes sobre el impacto de la IA en el empleo, la privacidad y la toma de decisiones. Frente a modelos que priorizan la eficiencia sin considerar el contexto humano, Microsoft propone una alternativa que combine capacidad técnica con sensibilidad social.

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