La transmisión en vivo de las profundidades del Atlántico Sur, liderada por investigadores del CONICET y el Schmidt Ocean Institute, se convirtió en un fenómeno en redes.
Miles de usuarios siguieron en tiempo real cómo el robot submarino ROV SuBastian exploraba hasta 3.900 metros bajo el mar, captando imágenes únicas de especies como el pulpo Dumbo, estrellas de mar "culonas" y calamares rojos voladores.
El domingo 10 de agosto, en la última inmersión, la tripulación desplegó un cartel en el fondo del mar con la frase "Gracias por el apoyo", un gesto que se volvió viral y marcó el cierre de dos semanas históricas de investigación en el Cañón Submarino de Mar del Plata.
Los datos obtenidos, que incluyen modelos 3D y análisis ambientales, serán de acceso abierto y también se adaptarán para escuelas y museos.
Pero esta aventura no termina acá, ya que tras finalizar la campaña en el Cañón Submarino, el Falkor (too) partió hacia Montevideo para iniciar la expedición "Uruguay SUB 200: Viaje a lo Desconocido", que se desarrollará del 22 de agosto al 19 de septiembre.
En esta nueva misión, participarán 37 científicos que investigarán 50 puntos del mar entre el sur de Brasil y el norte argentino.
Luego, el buque regresará a aguas argentinas a fines de septiembre para una nueva misión, que se extenderá hasta el 29 de octubre y contará nuevamente con transmisiones en vivo.
La expectativa es que, al igual que en esta primera campaña, se vuelvan a registrar descubrimientos inéditos para la ciencia y momentos virales para el público.
Durante la misión en el Cañón Submarino de Mar del Plata, el equipo del CONICET y el Schmidt Ocean Institute registró animales nunca antes observados en la región, como el pulpo Dumbo y la estrella de mar apodada "culona", además de peces telescopio, calamares abisales y una variada fauna de moluscos, cangrejos y medusas.
A continuación, algunas de las especies que llamaron la atención del público y los investigadores al ser encontradas:
A más de 2.400 metros de profundidad, se captó una medusa de aguas profundas del género Atolla, posiblemente Atolla wyvillei. De cuerpo gelatinoso y semitransparente, presentaba una forma de campana y puntos rojizos que podrían ser órganos bioluminiscentes.
A 1.812 metros, el robot submarino registró una gelatina peine —posiblemente del género Bathocyroe—, un organismo transparente adaptado a la oscuridad y capaz de camuflarse en aguas profundas.
Una langosta patagónica adulta (Thymops birsteini) fue observada protegiendo a ocho crías bajo una roca a 1.883 metros de profundidad. Incluso llegó a "enfrentarse" al robot para resguardar su refugio.
Por primera vez en Argentina, se documentó un ejemplar del género Grimpoteuthis. Este pulpo rosado fue visto nadando a 3.781 metros de profundidad, desplegando sus aletas redondeadas en un entorno extremo.