Las estafas virtuales se incrementan a un ritmo alarmante: En 2024, Argentina registró más de 34.000 denuncias por delitos informáticos de distinta índole, lo que representó un incremento del 21,1% respecto al año anterior.

Una de las modalidades que viene experimentando un crecimiento brutal —no solo en nuestro país, sino en múltiples puntos del planeta— es el fraude con préstamos y microcréditos.

Las cifras son elocuentes: más de la mitad de las empresas del sector a nivel global reportaron incrementos en los índices de estafas, una realidad sumamente preocupante tanto por las pérdidas directas que ocasionan como por el severo impacto reputacional que sufren estas firmas.

Identidad digital: los fraudes más comunes y las soluciones para prevenirse

¿Cómo funciona esta modalidad de estafa? El esquema operativo presenta múltiples variantes: los delincuentes pueden obtener datos personales y financieros de las víctimas mediante técnicas de ingeniería social o llamadas engañosas, hackear sus dispositivos móviles o tomar control de los mismos a través de estafas de intercambio de SIM.

Una vez en posesión de esta información, se hacen pasar por estas personas y solicitan préstamos en su nombre, obviamente sin su consentimiento. El paso final consiste en derivar los fondos de los microcréditos hacia sus propias cuentas cripto difícilmente rastreables, completando así un tipo de fraude que se está volviendo peligrosamente común.

Para blindarse contra esta clase de estafas se puede implementar un mecanismo de verificación de identidad robusto, lo que constituye el primer paso fundamental.

En este contexto, las autenticaciones manuales o aquellas que operan con datos fácilmente vulnerables, como SMS, DNI o selfies, ya no resultan suficientes. El escenario actual demanda soluciones más sofisticadas que, además, no generen fricción ni impacten negativamente en la experiencia del cliente.

Una de las alternativas que se están posicionando con mayor fuerza son las APIs de identidad móvil, que garantizan la seguridad de las operaciones comerciales al ofrecer una solución confiable para la autenticación.

Estas herramientas aseguran que la persona que solicita un crédito sea realmente quien dice ser, y lo hacen de manera "silenciosa", prácticamente sin requerir acciones adicionales por parte del usuario.

Este sistema de verificación a través de la identidad móvil es un proceso notablemente simple para el usuario: únicamente debe ingresar su número de teléfono, mientras que el sistema controla automáticamente un conjunto integral de factores. Entre estos se incluyen la titularidad del número, la verificación de que se trate de un dispositivo real, el tiempo de uso del chip (para prevenir estafas del tipo SIM swap) y otros riesgos asociados al número telefónico.

La fortaleza de la identidad móvil es que la información contrastada reside en la red de los operadores celulares, lo que la hace muy difícilmente vulnerable y no es posible obtenerla por ingeniería social.

Las empresas de microcréditos y préstamos pueden obtener ventajas significativas de esta solución 100% digital y escalable. Por un lado, pueden reducir sustancialmente el nivel de fraude ya desde la instancia inicial de autenticación; por otro, están en condiciones de otorgar créditos con mayor rapidez y sin generar fricción alguna para el usuario final.

En tiempos donde el delito se sofistica exponencialmente, se vuelve imperativo contar con herramientas de autenticación seguras e innovadoras que aporten tranquilidad tanto a las empresas como a los usuarios. La identidad digital es en el nuevo campo de batalla contra el fraude, y solo mediante la implementación de tecnologías avanzadas podremos ofrecer garantías más sólidas en la verificación de identidad y construir un ecosistema financiero digital verdaderamente confiable.

*Por Gabriel Chapt, CEO en Plusmo

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