Japón dio un salto al futuro mediante un equipo de investigadores locales que rompió el récord mundial de velocidad de conexión, alcanzando los 1,02 petabits por segundo en una transmisión a casi 1.799 kilómetros de distancia.
Para dimensionarlo, eso equivale a descargar todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.
Mientras gran parte del mundo tiene grandes dificultades para acelerar su infraestructura de Internet, este hito marca una mejora técnica y abre el camino a un futuro digital cada vez más exigente.
Con la inteligencia artificial (IA) pidiendo más ancho de banda, y las redes 5G y 6G en pleno desarrollo, Japón ya tiene una respuesta concreta.
El secreto detrás del récord está en una fibra óptica experimental de 19 núcleos, una innovación que permite transmitir más datos sin cambiar el tamaño del cable. A futuro, este tipo de avances permitiría mejorar la infraestructura de conectividad sin necesidad de rediseñar todo desde cero.
Por ahora, se trata de un desarrollo en fase experimental, sin fecha de implementación comercial. Pero el logro alimenta la esperanza de un Internet ultra rápido, más estable y sin cuellos de botella. Una necesidad clave en un mundo en el que lo digital no para.
Japón supera a EE.UU en velocidad de Internet
El anuncio coincidió con la Expo Osaka 2025, un evento que exhibe desarrollos futuristas y se presenta como "una brújula" para anticipar el rumbo de las potencias económicas en términos de innovación y productividad.
Además de romper récords, este experimento tiene una ventaja crucial: fue realizado con cables del mismo grosor que los que ya se usan en las redes actuales. Eso significa que no haría falta rediseñar la infraestructura global desde cero, sino simplemente actualizar los equipos que la utilizan.
Y eso cambia todo, porque mientras muchos países pelean por mejorar velocidades básicas, Japón ya demostró que se puede ir mucho más allá sin romper lo que ya está hecho.
La velocidad lograda con este experimento es hasta 3,5 millones de veces más rápida que el promedio de conexión en los Estados Unidos, si se tiene en cuenta que a principios de 2025 ronda los 290 Mbps, y supera por 16 millones de veces la media de India.
Una diferencia abismal que deja claro que estamos ante un salto tecnológico que marca tendencia y redefine qué entendemos por conectividad en pleno siglo XXI.