La comunidad emprendedora recibió con gran impacto la noticia: la app colombiana Rappi consiguió una histórica inversión de 1.000 millones de dólares, la mitad de la que todas las startups latinoamericanas consiguieron en 2018. Detrás del financiamiento anunciado el 29 de abril está el grupo japonés SoftBank, que tiene pensado invertir 5.000 millones de dólares en la región. 

Sebastián Mejía, cofundador de la startup colombiana, comentó al sitio Expansión que a inicios de 2019 comenzaron las negociaciones en San Francisco y se terminaron de cerrar en cinco encuentros más. "Vimos la posibilidad de trabajar con un socio que tiene la misión de cambiar el mundo con tecnología, de acelerar la revolución tecnológica", destaca Mejía.

Las intenciones de Rappi son claras: quiere convertirse en la "plataforma de plataformas" para que los usuarios pueda pedir comidas, medicinas, atención médica, transporte, dinero e incluso servicios financieros desde la misma app

Por el momento buscan impulsar la facturación mensual, que según Mejía crece al ritmo del 20%. Además, buscan invertir en equipo, adquisición de usuarios, desarrollo de tecnología y apertura de nuevos mercados.

La estrategia de negocio no cambiará, pero buscan acelerarla porque es una pieza fundamental de su esquema: "Seguiremos invirtiendo en usuarios, en aliados, en la operación para los repartidores. Tenemos un equipazo, vamos a continuar contratando desarrolladores y expandiéndonos a otras ciudades. Estamos en nueve ciudades y hay unas ocho adicionales muy interesantes. También estamos hablando de crecimiento en las ciudades existentes", explicó el empresario. 

Con respecto a la adquisición de otras empresas, Mejía declaró que por el momento no tienen planes para comprar otras empresas. "Rappi es una empresa que crece de forma orgánica al 20% cada mes. Aunque vamos a estar siempre abiertos a oportunidades, la estrategia de Rappi no se basa en adquirir empresas, es un todo orgánico."

Con respecto al complicado tema de tener una relación laboral directa con los repartidores, el fundador asegura que no cree que estos ataquen a la compañía "porque estamos hablando de personas que valoran su flexibilidad, que tienen empleos fijos y que vienen a Rappi cuando necesitan ingresos adicionales".

"Ese es el modelo que debemos preservar, porque es lo que les conviene y es lo que más piden. No somos nosotros, son los mismos repartidores. Es tan fuerte para ellos el impacto en ingresos que lo que tiene que cambiar es esa cultura que piensa que estamos explotándolos", finalizó el emprendedor.

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