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La tokenización inmobiliaria está tomando impulso en América latina, como una alternativa para dolarizarse, sin necesidad de desembolsar grandes cantidades de dinero.
Aunque el marco regulatorio está todavía en desarrollo, países como Brasil, México, Argentina y Chile ya tienen plataformas y proyectos que permiten a los inversores adquirir fracciones de propiedades de forma 100% digital.
El modelo crece en estos países, impulsado principalmente por un escenario económico marcado por restricciones cambiarias, inflación y el interés de encontrar alternativas de inversión en dólares.
El mercado de real state se apalanca en la tecnología blockchain para llegar a pequeños inversores que quieren proteger su patrimonio y crear una fuente de ingresos pasivos en dólares.
Mientras que jóvenes, freelancers, profesionales y ahorristas apuestan a la tokenización de inmnuebles como una alternativa para dolarizarse.
Invertir en propiedades reales fraccionadas es sencillo y accesible:
El modelo funciona de la siguiente manera: un inmueble se divide en tokens, es decir, activos digitales que representan una parte de la propiedad.
Al igual que cualquier otro activo financiero, los usuarios pueden comprarlos, venderlos o transferirlos.
Además, ofrece la posibilidad de obtener ingresos mensuales por concepto de alquiler, al tiempo que permite al inversor diversificar el riesgo y acceder a propiedades ubicadas en distintos países.
Esta opción, que antes estaba reservada exclusivamente para grandes patrimonios o fondos institucionales, hoy se vuelve accesible para un público mucho más amplio.
Las operaciones asociadas a estos tokens son seguras, transparentes, ágiles y trazables, porque están basadas en blockchain.
"En nuestro caso, tenemos muy buenas oportunidades en casas o departamentos en ciudades como Detroit, Miami o Chicago, con retorno estimado entre 8% y 12% anual, dependiendo del inmueble", explica Remy Jacobson, Co-CEO y Co-Founder de RealT.
La tokenización también se está expandiendo a otros segmentos como hotelería coworkings y otros proyectos comerciales, y anticipar una tendencia de nuevas formas de financiamiento y distribución activos reales a nivel global.
"Lo que estamos viendo es una democratización real del acceso al mercado inmobiliario. Ya no se necesita ser residente ni abrir estructuras legales complejas, se puede comenzar a invertir desde cifras accesibles", destacan desde RealT.