Las disruptivas innovaciones tecnológicas llegaron a todas las industrias. Tal es así que la multinacional suiza Nestlé comenzó a pensar cómo integrar blockchain, inteligencia artificial y big data a su negocio con el objetivo de mejorar su rendimiento. ¿Las claves? La predicción, personalización, predictibilidad y velocidad de cara a sus clientes.

“El mercado y las preferencias de los consumidores cambian y estamos decididos a liderar este cambio en todos los mercados”, afirmó Mark Schneider, consejero delegado de Nestlé, en una entrevista con el sitio español Expansión.

El ejecutivo enmarcó las necesidades de su mercado (alimentos y bebidas) en cuatro grandes grupos: la necesidad de tener marcas locales y globales, el crecimiento de la obesidad y los productos poco saludables, la gran cantidad de personas que pasan hambre y las nuevas generaciones de consumidores.

Entre estas aristas, la que más preocupa al ejecutivo es la salud: “estamos probando nuevas cosas como proteínas vegetales y suplementos alimenticios”, señaló y agregó que están lanzando una campaña para ayudar a 150 millones de niños para tener mejores hábitos de alimentación.

"Tenemos que eliminar todo lo que no es necesario porque los ciclos son cada vez más cortos. Antes tardábamos un año en lanzar un producto perfecto, pero ahora la innovación va a la velocidad de la luz. Hay que sacar cuanto antes el producto y luego ir mejorándolo. A los 6-9 meses, si no te mueves, la competencia ya te ha superado", aseveró Schneider cuando se le preguntó por los tiempos globales de producción.

Con la llegada de estas tecnologías se abieron nuevos caminos para la firma: "La personalización a escala es ya una realidad. Además, el blockchain nos permitirá ofrecer toda la transparencia del mundo a los consumidores sobre la cadena de suministro y la inteligencia artificial nos ayudará a personalizar la alimentación y a desarrollar nuevas técnicas de análisis más eficientes. Ayudará a saber cuánto vamos a vender y donde".

Con 152 años de historia, desde Nestlé creen que “hay nuevos desafíos” muy relacionados con el impacto ambiental. “Hemos reducido el consumo de agua en las fábricas un 64% en los últimos años”, finalizó

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