Gabriela Genovese lleva adelante varios emprendimientos propios de blockchain y es parte de IOV Labs, organización que construye la "arquitectura" de redes como bitcoin para impulsar la inclusión financiera. En charla con Ambito.com habló de la revolución en la economía que se espera en la próxima década.

Genovese cuenta como la aparición de Internet creó un mundo diferente, imposible de imaginar antes. "Comenzaron las olas de descentralización en un montón de temas. En el conocimiento, por ejemplo, con la posibilidad de enviar datos a millones de puntos al mismo tiempo. Al principio fue un simple e-mail, pero cuando fue creciendo la arquitectura con la fibra óptica y las redes, y apareció la Web, esa información se pudo poner a disposición de cualquier persona en cualquier lugar del mundo y en milésimas de segundo", recordó.

Cuando conoció en 2008 la tecnología blockchain y bitcoin Genovese se dio cuenta que la misma tenía condiciones para ser "la más prometedora y disruptiva de todas", porque "traía la posibilidad de cambiar el paradigma financiero, modificar el sistema construido a través del intercambio de valor a través del dinero por otro completamente diferente".

Para ella el blockchain tiene un trasfondo filosófico ya que "el dinero está ligado al poder y quien controla de modo absoluto su emisión tiene abierto un camino a la corrupción absoluta. Pero si separamos esa emisión del organismo que toma las decisiones, quizás podamos arreglar esa cadena. La transparencia es clave para la gobernanza". A su vez cree que, a pesar de la resistencia de los estados y las entidades financieras, éstas "están empezando a entender que esto no tiene retorno, que no hay vuelta atrás, no les quedará otra que sumarse a la movida".

En su forma de ver el panorama actual, la próxima década será clave: "Recién pasaron 10 años. Si mirás para atrás no existía nada y en este tiempo se construyó la arquitectura para que esta tecnología sea exponencial. Se creó un mundo digital de activos, tokens, traders, un mercado financiero. Al protocolo le siguió el bitcoin, otras criptomonedas, contratos inteligentes que permiten acuerdos más complejos y nuevas soluciones".

El papel de los smartphones en esta revolución no es trivial. Según estimaciones para fin de año la mitad de los 3.500 millones de excluidos que existen en la economía actual tendrá un teléfono inteligente en su mano: "De otra manera no hay forma de que les lleguen esas soluciones. El desafío es que las herramientas tengan una interfase sencilla: una billetera digital con la que se puedas hacer todo desde el celular, no importa si alguna vez escuchaste hablar de blockchain".

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