En Europa, ya se siente el creciente conflicto entre China y los EE.UU. Si bien los mayores hace menos de una semana operadores móviles europeos sostenían su confianza en que la UE fije pronto sus estándares de seguridad en redes móviles y por el momento descartaban vetar totalmente a Huawei o a cualquier otro proveedor chino de infraestructuras de telecomunicaciones, algunos proveedores de servicios inalámbricos acaban de suspender los pedidos de teléfonos del gigante asiático.

Una es la empresa británica de telecomunicaciones Vodafone, que indicó en un comunicado que "están pausando los pedidos anticipados para el Huawei Mate 20X (5G) en el Reino Unido", refiriéndose a esto como "una medida temporal mientras exista incertidumbre con respecto a los nuevos dispositivos Huawei 5G".

Y también se encuentra en esta postura EE, filial de BT Group. Aunque una semana atrás anunció que sus clientes podrían comprar el Huawei Mate 20 X 5G para el próximo 30 de mayo, este miércoles aseguraron que solo ofrecería dispositivos de Samsung, OnePlus, LG y Oppo, excluyendo así al teléfono de Huawei anunciado cinco días antes.

"Estamos retrasando el lanzamiento de los nuevos smartphones 5G de Huawei que llegan al mercado", explicaron desde la empresa.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le impuso a Huawei una prohibición de exportación a Estados Unidos, impidiendo que las compañías estadounidenses vendan componentes y software a Huawei sin obtener primero una licencia. La prohibición ya ha llevado a Google a bloquear los nuevos dispositivos de Huawei de la licencia de su sistema operativo Android, así como las aplicaciones y servicios populares.

El conflicto comenzó cuando el presidente Donald Trump incluyó de forma oficial a Huawei en una lista negra comercial, y luego de esto Google suspendió los negocios con el gigante chino por lo que todo lo que requiera transferencia de productos de hardware y software está cancelado. De esta forma los dispositivos Huawei dejarán de recibir actualizaciones de Android.

Trump acusó a la tecnológica china de ir en contra de la seguridad de Estados Unidos y su decisión era para proteger al país "de los adversarios extranjeros que están creando y explotando cada vez más las vulnerabilidades de la infraestructura y los servicios de tecnología de la información y las comunicaciones en Estados Unidos".

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