Cerrar la brecha de género, empoderar a las mujeres y aumentar su participación en las posiciones de liderazgo no son metas fáciles de cumplir. Todavía persiste la necesidad imperiosa de democratizar el acceso a las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) y posibilitar su uso práctico en el ámbito laboral y productivo.

Este mes conmemoramos el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) y surge la necesidad constante de visibilizar en la agenda mediática y social las persistentes diferencias de género que aún existen y se profundizan en muchos ámbitos, entre estos el de la tecnología.

Empoderar a las mujeres en inteligencia artificial es posible

Quisiera compartir algunos datos que son relevantes en relación con las Mujeres y a la Inteligencia Artificial.

Actualmente, las mujeres representan solo el 32,4 % de los puestos relacionados con los datos y la IA. Las mujeres sólo representan el 27% de todos los puestos directivos, y solo el 29% de los vinculados a I&D.

Más allá de los esfuerzos, la pandemia también ha tenido consecuencias. Hasta 2020, se estimaba que se tardarían 100 años en cerrar la brecha de género en todo el mundo, hoy ese período es de 132 años.

El otro tema es que quien desarrolla la IA también impone ciertos sesgos. Algunos sistemas de IA refuerzan los estereotipos de género sobre el trabajo de cuidado.

Por ejemplo, la voz femenina de Asistentes Personales Virtuales (VPA) como Alexa y Siri pueden reforzar el estereotipo de que las mujeres deben cuidar, asistir y cuidar del hogar.

Lo cierto es que más allá de todos los sesgos de género y estereotipos persistentes a lo largo de la historia, las mujeres están en condiciones de generar un diferencial significativo en el campo de la Inteligencia Artificial.

¿Por qué es necesario que las mujeres se involucren en el campo de la IA?

Algunas cuestiones a tener en cuenta sobre la importancia de que las mujeres se involucren en el mundo de la IA:

También quisiera retomar ciertas frases que son comunes de escuchar en ámbitos laborales, visibilizadas por mujeres (en espacios de mentoría o en encuentros desde el Comité de Mujeres en Tecnología) que logran "acallar" el empoderamiento real: "sos muy emocional", "no podés llorar por esto", "sos muy intensa", "estás acá por suerte".

Estos dichos afianzan la desconfianza que muchas mujeres sienten de sí mismas a la hora de pedir un aumento, poner límites o liderar equipos.

Sigo sosteniendo que la creación de programas, acciones reales a largo plazo, sistemáticas y en alianzas público-privadas ayudan no solo a visibilizar el desafío, sino que también promueven espacios propicios para generar el verdadero cambio, creando oportunidades reales de empleo para más mujeres.

La clave radica en trabajar en conjunto para acercarlas al mundo digital y a la IA, aprovechando y explotando todo el potencial que tienen.

Desde aquellas que se inician hasta las que cuentan con trayectoria en el campo de la tecnología, pasando por quienes están iniciando su inserción en el ámbito laboral hasta las que están buscando reconvertir sus perfiles profesionales, la clave está en la capacitación y en la capacidad de escucharlas en espacios de mentoría para ofrecer propuestas donde se sientan identificadas.

A partir de una alianza multisectorial con compañías tecnológicas, instituciones educativas, organizaciones multilaterales, gobiernos locales y provinciales, y organizaciones que nuclean a mujeres con amplia experiencia en educación y tecnología de la innovación, se puede pensar y poner en marcha programas del estilo M1000IA (Mil Mujeres en Inteligencia Artificial).

Se trata de una propuesta en la que el entendimiento y sinergia entre el sector público, sector privado y tercer sector posibilitan un cambio de vida para mil mujeres mayores de 18 años que vivan en la Argentina, Uruguay, Colombia, México o Costa Rica.

Con más mujeres empoderadas en IT y fortaleciendo sus capacidades y habilidades en el ámbito de la IA, cambiar el mundo y mejorar la vida de las sociedades es posible.

El desafío está planteado, sólo necesitamos el involucramiento de todos los actores del ecosistema, con un mismo objetivo: achicar la brecha de género en el mundo digital en general, tomando como punta de lanza el auge de la IA y su impacto en todo el planeta.

*Natalia Jasin es Directora General y Fundadora de Bounty EdTech

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