Este martes 3 de febrero se celebrará el Día de la Internet Segura, momento para reflexionar sobre la ciberseguridad.
Con respecto a esto, Josh Goldfarb, arquitecto de Soluciones Globales en Seguridad de de F5, destacó la convergencia de la vida digital y real en nuestras rutinas, subrayando la importancia de la prevención.
Los expertos de F5 señalan que el rápido avance de la inteligencia artificial llevó a replantear las estrategias de los especialistas en ciberseguridad para anticipar las amenazas previstas para este año.
La inteligencia artificial surge como la herramienta elegida para mejorar las habilidades de los atacantes.
Las tácticas de phishing evolucionarán con interacciones sin precedentes, aprovechando la abundancia de información en las redes para dirigirse a audiencias globales y adaptarse a cualquier idioma.
A nivel empresarial, el reciente informe de la empresa retomó la noción de "línea de pobreza" en ciberseguridad, asociada a la falta de inversión y actualización en controles de seguridad.
Se anticipó que esta problemática brindará múltiples oportunidades de éxito para los atacantes.
Anteriormente, la falta de seguridad en plataformas afectaba solo aspectos específicos. Hoy en día, la interconexión de plataformas genera consecuencias multidimensionales por brechas de seguridad.
La "línea de pobreza" evoluciona hacia una matriz compuesta, complejizando la capacidad de protección integral.
La pobreza compuesta, con diversas dimensiones y nichos, afectará incluso a empresas con recursos suficientes al lidiar con la complejidad de integrar todas las soluciones proporcionadas por diferentes proveedores.
Por último, es fundamental recordar que la vida digital transformó por completo todas las relaciones del mundo real.
Por esta razón, el experto de F5 compartió sugerencias que son útiles tanto en el ámbito empresarial como en el personal:
Al proyectar el futuro de la ciberseguridad, se requiere una adaptación e innovación constantes para enfrentar las amenazas digitales en constante cambio.
Esto implica abordar desigualdades socioeconómicas, fortalecer ambientes informáticos avanzados y prepararse para ataques continuos potenciados por la inteligencia artificial.
Ante este panorama, se necesita un enfoque proactivo y colaborativo para preservar nuestro futuro en el ámbito digital.