En un mundo cada vez es más consciente de la urgencia de abordar el cambio climático, la transición hacia fuentes de energía renovable se ha convertido en una prioridad global.

Este viraje hacia la sostenibilidad transforma no solo la forma en que generamos energía, sino que también impacta de manera significativa en sectores clave de la economía.

Este impacto positivo se evidencia, por ejemplo, en la industria de la construcción, donde la innovación y las prácticas sostenibles actúan como catalizadores de un cambio de paradigma.

Históricamente, la industria de la construcción tradicional fue una de las mayores consumidoras de energía. Según un informe de las Naciones Unidas, a través de su Programa de Medio Ambiente en 2022, la construcción es responsable de 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera en relación con la energía utilizada.

Se estima que la producción de materiales y las actividades de construcción causan aproximadamente el 10% de las emisiones globales de GEI.

A nivel global, la transición energética tiene el objetivo de generar una economía basada en la eficiencia energética, a través de la sustitución de fuentes de energía tradicionales a otras fuentes sustentables, limpias y no contaminantes.

Esto que hoy es una prioridad en el mundo, lo venimos impulsamos desde hace más de 15 años a través de prácticas de Diseño y Producción sustentables que incluye, entre otros: ahorro de agua y energía eléctrica en comparación con la construcción tradicional, durabilidad de la obra, premisas de diseño basadas en Normas LEED-NC, así como la implementación de políticas y procedimientos de gestión ambiental y de calidad, según los lineamientos de la Norma ISO14001 e ISO9001, que impactan en forma directa en una reducción drástica de la huella de carbono.

Ante este panorama, a innovación tecnológica actúa como el motor impulsor de la transformación y el cambio de paradigma. Además, la transición energética está estimulando la innovación en la construcción modular, mediante el desarrollo de materiales y soluciones constructivas avanzadas y la integración de sistemas inteligentes de gestión de energía.

Esta convergencia genera obras más inteligentes y eficientes, capaces de adaptarse a las demandas cambiantes del entorno.

La eficiencia energética como valor fundamental en la construcción modular:

La eficiencia energética se posiciona como la nueva moneda de cambio en la construcción modular. La producción de módulos y materiales en entornos controlados permite la implementación de tecnologías de eficiencia energética de vanguardia que atraviesan toda la cadena de valor.

Desde el uso de materiales sostenibles hasta la integración de sistemas de climatización eficientes, la construcción modular lidera el camino hacia opciones de construcción más respetuosas con el medio ambiente.

Además de la producción de materiales sostenibles, existen prácticas para controlar el impacto ambiental, como la gestión de residuos y el diseño del proyecto del edificio.

Durante muchos años, hemos gestionado los residuos siguiendo los principios de circularidad, que implican el reciclado, recupero y reutilización de materiales.

Sin duda, los preceptos del nuevo paradigma velan por la mejor de los procesos constructivos mediante:

Sin duda, la construcción modular nos permite avanzar hacia un nuevo paradigma con un futuro sostenible, y la transición energética es el camino hacia un futuro más resistente al cambio climático.

Se basa en la alianza entre eficiencia energética, reducción de la huella de carbono e innovación tecnológica para crear sistemas constructivos con diseños estéticos y funcionales, al mismo tiempo que son responsables con el medio ambiente.

La construcción modular no solo está desarrollando estructuras, sino también cimientos sólidos para un mañana más sostenible.

 

*Por Juan Pablo Rudoni, Presidente de Ecosan

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