¿Cuántas de las profesiones que conocemos hoy seguirán existiendo en apenas unos años? ¿Qué tareas serán completamente realizadas por robots? La automatización y los algoritmos han ido destruyendo puestos de trabajo, pero también generando nuevos y de alta calidad. Según el informe "El futuro de los trabajos" del Foro Económico Mundial (FEM), empleos como el de cajero de supermercados u operarios de las cadenas de montaje han sido y serán, cada vez en mayor medida, los que queden en manos de las máquinas o reemplazados por inteligencia artificial.

Un estudio de la Universidad de Oxford remarca que incluso en Estados Unidos esta tendencia ya amenaza aproximadamente al 47% de toda la fuerza laboral. En la Argentina, el porcentaje es mayor, según el Banco Mundial: 65%."Un 70% de los puestos o uno de cada seis trabajos van a dejar de existir o se van a reconvertir. Es por ello que debemos ayudar a empresas y trabajadores a generar nuevas habilidades", señala a iProUP Maximiliano Schellhas, director General de Staffing de Randstad.

El ejecutivo precisa: "Hay empleos que irán desapareciendo. Pero van a haber otros puestos de trabajo u otras necesidades, que todavía desconocemos, que requerirán de nuevos perfiles".Natalia De Greiff, vicepresidente de IBM Services para Sudamérica, asegura que, según una investigación de la compañía, "en los próximos tres años, 120 millones de trabajadores de las 10 economías más grandes del mundo tendrán que volver a capacitarse y entrenarse como resultado del avance de la inteligencia artificial, robótica y la automatización".

Y añade: "Será necesario educarlos en agilidad, adaptabilidad y reentrenarlos, sobre todo, en habilidades para afrontar el cambio". En este sentido, Valeria Delgado, vicepresidente de Recruting para LAD de Oracle, asegura: "Las personas, cada vez más, deben reinventarse para resaltar su creatividad. Nos encontramos ante la necesidad de una re-evolución humana".

Daniel Laco, responsable de la Comisión de Talento de CESSI, entiende que los empleos que se ven amenazados son aquellos fácilmente reemplazables mediante la implementación de nuevas tecnologías.

Rutinario o no rutinario: esa es la cuestión

En anteriores revoluciones tecnológicas, la división entre los puestos de trabajo era del tipo manuales frente a intelectuales y no cualificados frente a altamente cualificados. Y los amenazados eran los manuales y no cualificados.Hoy, con la transformación digital y la automatización a pleno, los empleos en peligro son los relacionados con labores repetitivas o los de escaso esfuerzo intelectual. Esta categoría incluye a los que son de baja cualificación, manuales o intelectuales, pero también a los de alta cualificación.

Para Javier RubinDoschyk, gerente Senior de Consultoría en Human Capital de Deloitte, el abanico de empleos amenazados es muy amplio y diverso, "más de lo que nos podamos imaginar". "Son aquellos vinculados a tareas que puedan ser automatizadas a través de tecnologías accesibles: robótica de procesos, chatbots y algunas más complejas como la inteligencia artificial", asegura.

Históricamente, hubo puestos de trabajo que funcionaron por cierto período y desaparecieron o mutaron por el avance tecnológico: ascensorista, mecanógrafo o telefonista son sólo algunos de los tantos ejemplos. Hoy, las profesiones también cambian, se resignifican y desaparecen. Y mucho más rápidamente.

Según las regulaciones y la cultura de cada país, este listado puede variar, pero los empleos en peligro de extinción son los siguientes:

María Inés Calvo, Directora de Atracción de Talento de Microsoft Latinoamérica, se refiere concretamente a lo que sucede en Argentina. 

"De acuerdo con un estudio que realizamos junto con CIPPEC, las ocupaciones más susceptibles de ser automatizadas en la Argentina son: los traductores, capturistas de datos, vendedores telefónicos, operarios de depósitos y ensambladores", apunta.La cuenta regresiva comenzó: para 2022, el cambio en la división del trabajo entre los seres humanos, máquinas y algoritmos desplazará a 75 millones de puestos actuales, al tiempo que surgirán 133 millones nuevas funciones.

La tendencia se acentuará para 2030, cuando entre 400 y 800 millones de trabajadores de todo el mundo podrían perder sus empleos a causa de la robotización, según un informe de McKinsey.

Interacción humano-máquina

Una de los principales expertos a nivel global en este campo es Leila Takayama, doctora en psicología y comunicación, quien se desempeña como docente e investigadora en la Universidad de California-Santa Cruz, en Estados Unidos.

La especialista aborda estas cuestiones mientras lleva adelante sus investigaciones sobre la interacción entre personas y robots. Tiene en su haber la experiencia de haber participado en los principales laboratorios de innovación del Silicon Valley, como GoogleX, Hoku Labs, Willow Garage y Palo Alto Research Center.

Takayama no sólo estuvo presente de las principales tecnológicas, sino que también fue galardonada por su trabajo con los premios IEEE Robotics and Automation Society Early Career Award, World Economic Forum Young Global Leader, y Technology Review’s 35 Innovators Under 35. 

Luego de su presentación en la conferencia sobre ciencia y tecnología Falling Walls, que tiene lugar todos los años en Berlín, Alemania, la especialista conversó con iProUP acerca de los límites de la robótica, el potencial de las aplicaciones y cómo desarrolla sus investigaciones.

- ¿Cuáles son los principales desafíos que plantea la interacción entre humanos y robots?

Hay muchos, pero primero tenemos que evaluar es para qué queremos a los robots. Por ejemplo, muchos los piensan para sus casas, pero antes deberían preguntarse si tiene sentido invertir y tomar los riesgos de tenerlo en un espacio privado como el hogar.

Uno de los problemas más difíciles a resolver no es que puedan realizar tareas hogareñas sino que tengan "sentido común". Que sean ingeniosos, flexibles y creativos para resolver un inconveniente que se les presente.

Otro desafío es cómo puede percibir a las personas y, a su vez, cómo ellas pueden responder apropiadamente a esta interacción. También es complejo que el robot aprenda a manejar los símbolos sutiles e inconscientes que utilizan las personas para comunicarse. Por eso, es necesario que quienes desarrollan aplicaciones de robótica sean sensibles y tengan empatía. Que sean capaces de diseñar robots cuyo comportamiento alcance los objetivos deseados y no generen reacciones contraproducentes o de rechazo.

- ¿Qué tipo de habilidades deberían desarrollar las personas para vincularse?

Si hacemos un buen trabajo al momento de diseñar los robots, no tendrán que desarrollar nuevas habilidades. Hoy, es preciso tener un doctorado en robótica para interactuar con robots, y esto de por sí constituye una barrera muy alta. Pero es nuestra responsabilidad influenciar en el diseño, que sean más fáciles de usar y no se requiera de un entrenamiento tan intenso.

Por ejemplo, hay interfaces de programación que pueden ser empleadas incluso alguien que nunca haya programado. Este tipo de herramientas son muy útiles para que la interacción sea más accesible. Con ellas, diseñadores y arquitectos pueden construir cosas completamente diferentes.

- Por el contrario, ¿cuáles son las habilidades sociales que deben desarrollar los robots?

Ellos no pueden leer los símbolos culturales. Las competencias sociales se relacionan con la capacidad de leer las señales simbólicas que damos acerca de lo que vamos a hacer, obtener feedback en una interacción o saber si una acción fue bien recibida o no por otra persona.

Es un mecanismo que se entrena y lo podemos hacer con los robots, para que sepan comportarse apropiadamente en un ambiente de trabajo o en una determinada situación social.

Por ejemplo, yo estoy trabajando actualmente en comportamiento no verbal, que es algo más emocional y visceral que la comunicación que usa solo el lenguaje.

- ¿El poder de procesamiento es un limitante a la hora de desarrollar soluciones de robótica?

Hoy, los robots pueden utilizar el poder de cómputo de servidores en la nube. Es decir, el cerebro no tiene por qué estar en el cuerpo de este tipo de aplicaciones.

Hay otras limitaciones que están en primer lugar, como la capacidad de los sensores. Ese no es un tema trivial.

- ¿Qué profesionales y disciplinas están involucrados en el diseño de un robot?

En mi campo original de investigación, que es la interacción hombre-computadora, trabajan –además de los especialistas en computación– psicólogos, sociólogos, antropólogos y diseñadores.

Se aborda el desarrollo desde todas estas perspectivas diferentes, ya que es importante tener en cuenta las diferencias individuales, culturales y organizacionales.

Es importante tener en un equipo con miembros diferentes de una cultura o sociedad para tener en cuenta las distintas perspectivas al momento del diseño.

Por ejemplo, una aplicación para Japón es muy diferente a una que se va a usar en Estados Unidos, España o Argentina. Algo similar sucede con las distintas culturas corporativas, ya que las organizaciones también tienen culturas diferentes.

- ¿Cuáles son las principales aplicaciones hoy en día?

Muchos sueñan con tener robots en su hogar, pero no es un ambiente sencillo porque una casa es un entorno cambiante, ruidoso, desordenado, en el que entra y sale gente todo el tiempo.

Por el contario, las principales aplicaciones de robótica están en el ámbito industrial, que es más estructurado y predecible, en el cual los robots pueden hacer tareas repetitivas y trabajar junto con las personas.

En una fábrica, además, es posible entrenar a las personas para que se adapten y aprendan a utilizar estas aplicaciones. También los vemos en un amplio abanico de sectores, que va desde el minero a la exploración aeroespacial u oceánica.

Tiene sentido el despliegue de robots en lugares peligrosos para las personas. Otro ámbito interesante es el de la salud, que es un poco más estructurado que el de una casa. - ¿En el futuro habrá más colaboración entre hombres y  robots?

Los robots existentes pueden hacer tareas muy especializadas para los cuales fueron diseñados. Pero creo que va a pasar mucho tiempo antes de que puedan hacer cualquier cosa que les pidas muy bien y con inteligencia, porque muchas tareas que para los humanos son obvias, para ellos aún son difíciles.

En lo personal, no temo ser reemplazada por un robot porque tenemos inteligencias muy diferentes. En verdad, lo que tenemos que hacer es utilizar de manera más efectiva las aplicaciones que hoy están disponibles.

Hacia adelante

Se estima que las máquinas harán las tareas repetitivas, pero se necesitará mucha más sensibilidad, y allí radica una ventana de oportunidad para que los profesionales se puedan reconvertir.

En este caso, las habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) se verán favorecidas, ya que serán los elegidos para programar y hacer funcionar esos procesos de alta automatización.

De acuerdo con un informe de Freelancer, las tres grandes categorías que más crecerán serán programación, marketing y comunicación y diseño. Es decir, dos que se incluyen dentro de las habilidades STEM y otras dos que se vinculan más a la sensibilidad humana.

Estos nuevos roles se irán adaptando a la división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos, por lo que se acelerará la demanda de expertos en disciplinas que hasta el momento no existían, entre las que se destacan:

- Inteligencia artificial (IA) y machine learning

- Big data

- Seguridad de la información

- Automatización de procesos

- Experiencia del usuario

- Diseño de interacción entre máquinas y humanos

- Robótica

- Blockchain

El componente humano será vital en un futuro donde los robots tendrán un rol cada vez más importante. Los expertos, como Takayama, tienen en sus manos un objetivo primordial: delinear no sólo cómo interactuarán, sino también como convivirán.

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