De a poco, todos los sectores se inclinan hacia la inteligencia artificial (IA), democratizándola y haciendo que esté en todas partes, pero solo será verdaderamente accesible para todos cuando sea completamente ética y responsable.

La combinación de la tecnología y la experiencia humana, especialmente en el ámbito de la de la salud mental, es lo que verdaderamente puede marcar la diferencia.

Pensando a la IA como una aliada sin solapar el trabajo de los profesionales, podemos colaborar para abordar la creciente crisis de salud mental de manera efectiva y compasiva, siempre recordando que el toque humano y la responsabilidad ética son esenciales en el camino hacia un futuro más saludable y equilibrado.

Por lo menos en el futuro inmediato, la inclusión de la tecnología en los distintos ámbitos está enfocada en la agilización de procesos, la reducción de tareas monótonas y a complementar el trabajo de los profesionales con las herramientas disponibles.

En el campo de la salud mental, la IA puede ayudar a reducir el nivel de estrés y ansiedad al, por ejemplo, automatizar tareas repetitivas que suelen ser perjudiciales en lo emocional.

Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 2022 fue el peor año en materia de salud mental a nivel nacional desde el 2010. Teniendo en cuenta que la pandemia fue en 2020, las alarmas deberían estar encendidas.

La Inteligencia artificial y la salud

Con vistas hacia el futuro, la inclusión de la tecnología se avecina como una gran herramienta para hacer frente a las diferentes problemáticas que pueden surgir a partir del crecimiento de estos números

Un caso interesante a analizar es el de HippoScreen, una empresa que logró mejoras significativas en el diagnóstico de la depresión a través de instrumentos como el Intel one API Base Toolkit e Intel AI Analytics Toolkit.

Su sistema Stress EEG Assessment (SEA) utiliza un amplificador de electroencefalograma para recolectar datos de ondas cerebrales y un algoritmo de inteligencia artificial para analizarlos.

Esta tecnología permitió a los médicos diagnosticar trastornos mentales con mayor precisión al proporcionar un índice de evaluación objetivo basado en datos numéricos.

La IA aportó un gran valor agregado. Ahora, entregan diagnósticos más precisos a los profesionales, lo que es muy importante en el campo de la salud mental ya que es la clave para ayudar a las personas que sufren de alguna afección, tal como lo es la depresión.

El Día Mundial de la Salud Mental, reflexionamos sobre el creciente papel de la IA en nuestra sociedad. A medida que la tecnología se vuelve cada vez más importante en nuestras vidas, es esencial que la incorporemos de manera ética y responsable.

La combinación de la IA con la experiencia humana ofrece un camino prometedor para abordar este tipo de desafíos urgentes.

*Adrián De Grazia es director de Ventas Digitales para las Américas y Country Lead Argentina de Intel

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