La movilidad en la Ciudad de Buenos Aires sumará un nuevo capítulo en los próximos meses, con la puesta en marcha de los primeros servicios de alquiler de monopatines.

Esta opción de transporte, que es furor en las principales capitales del mundo, ya se podía encontrar en las grandes ciudades de América Latina, pero brillaba por su ausencia en las calles porteñas. Ahora, la deuda será saldada.

Mucho se habló sobre el uso de estos scooters, sobre todo en la capital argentina, donde moverse de un punto "A" a un punto "B" suele generar más de un dolor de cabeza a sus ciudadanos.

En los últimos años, prescindir del auto se ha convertido en el objetivo central de muchos gobiernos municipales. Liberar las calles no solo significa una mejora sustancial en el tránsito, sino también una mejor calidad de vida producto de una menor emisión de gases.

 

Por caso, en la Capital Federal hay 1,6 millones de vehículos particulares patentados, más del 10% del parque total del país (13 millones), sin contar el transporte público y los coches que provienen del Conurbano todos los días. Es decir, hay un auto cada dos habitantes.

La masificación de las terminales de ecobicis fue el primer paso del Gobierno de Rodríguez Larreta en esta problemática en 2019; ahora, sumará pruebas piloto de monopatines. ¿Está la ciudad preparada? Por lo pronto, las empresas ya miran con buenos ojos este mercado aún en periodo de gestación.

La legislación

A partir de julio, el gobierno porteño pondrá en funcionamiento una prueba piloto para impulsar el uso de los monopatines eléctricos de alquiler, que dependerán de empresas privadas nacionales e internacionales.

"Los monopatines eléctricos son ágiles, cómodos y se usan en las principales ciudades del mundo para realizar viajes cortos y conectar con el transporte público", aseguró Esteban Galuzzi, subsecretario de Tránsito y Transporte de la Ciudad, en la pasada cumbre de Líderes de Transporte Público en Moscú, Rusia.

El plan de las autoridades es aprobar en mayo un proyecto presentado en la Legislatura, diseñado para regular estas unidades en el Código de Tránsito y Transporte y así habilitar su circulación en el espacio público.

Una vez que tengan el ok, se impulsará una resolución para la Prueba Piloto de Monopatines Eléctricos de Uso Compartido para que puedan comenzar a circular lo antes posible.

Vale destacar que el proyecto original, a tratarse en la próxima sesión parlamentaria, incorporó modificaciones propuestas por diversas bancadas.

Entre ellas se encuentra la obligatoriedad de portación de DNI por parte de los conductores y la aclaración de que la autoridad de aplicación podrá incluir restricciones adicionales a la circulación de los mismos.

En principio, los monopatines eléctricos estarán obligados a circular por bicisendas, ciclocarriles y ciclovías en las calles que cuentan con estas vías diferenciadas, mientras que en aquellas trazas en las cuales no existan, podrán ir por la calzada del lado derecho.

También se especifica que no deberán usarse en veredas ni avenidas, así como tampoco podrán ser conducidos por menores de 16 años; tendrán que ser operados por una sola persona, sin posibilidad de llevar un acompañante, y la velocidad tope es de 25 kilómetros por hora.

Los dispositivos de movilidad personal deberán contar con un sistema de frenos que actúe sobre sus ruedas, una base de apoyo para los pies y timbre o bocina.

Además, la norma debatida prevé una multa de 70 unidades fijas -equivalente a 1.750pesos aproximadamente- para aquellos conductores que circulen asidos a otro vehículo o que no usen casco.

Ante la consulta de iProUP, desde la cartera afirman que "van a lanzar es una prueba piloto en la que podrán participar varias empresas".

Al respecto, subrayan que "no habrá un único proveedor como el de la Ecobici y que los ciudadanos que deseen usarla tendrán que abonar un costo".

En este sentido, las autoridades locales estiman que el esquema tarifario será igual al de los taxis, aunque más económico: un costo base, similar a la "bajada de bandera" de los taxis, de unos 25 pesos, más una "ficha" de entre 6 y 10 pesos por minuto. El sistema será lanzado en julio.

Las empresas

Rappi, la plataforma de delivery más popular en Capital Federal, tiene todo listo para ser la primera tecnológica en sumarse a estas nuevas formas de transporte. Y lo hará de la mano de Grin, la empresa mexicana con la que se asoció para traer a la Argentina su servicio de monopatines eléctricos.

La fecha de la puesta en marcha del proyecto ya está marcada en el calendario: según informaron en exclusiva a iProUP fuentes cercanas a la iniciativa, las primeras unidades comenzarán a circular en mayo por las calles porteñas.

También quedó establecido el barrio: Palermo será el primero en recibir las unidades de Grin. Tal es así que la firma ya comenzó su recorrida por los locales y oficinas de la zona,con el objetivo de "asociarlos" al servicio como estaciones de retiro de los monopatines eléctricos.

En rigor, serán al menos dos los puntos que se instalarán por cuadra y los locales asociados no tendrán responsabilidad sobre las unidades (entre 4 o 5 por puesto); eso correrá por parte de la startup.

Otra pata del servicio es la de los "cargadores": personas que se ocupan de recoger los monopatines eléctricos por la noche, recargar sus baterías y devolverlos a la mañana siguiente a cada estación.

La empresa pagará al final de la semana por cada unidad cargada. El monto rondaría los$70 por cada carga que supere el 90%, si se tiene en cuenta lo que se abona por ese mismo servicio hoy día en México.

Otro jugador que se sumará al segmento es Maxi Mobility (firma responsable de Cabify y Glovo), que planea salir a la Bolsa este año, levantó 20 millones de euros para su expansión latinoamericana en una ronda liderada por la aseguradora madrileña Mutua y el capital de riesgo Seaya, vinculada al BBVA.

Como parte de esa inyección de capital, sus monopatines ya largaron en Santiago de Chile y en junio correrán por Montevideo.

La próxima estación de la plataforma será la Argentina. En efecto, desde la empresa confirman a iProUP que el servicio llegará "en las próximas semanas" al país. Y dará inicio a una nueva forma de movilidad, ecológica y en dos ruedas.

Este mes, Movo, su plataforma de scooters, pisó el acelerador de su expansión en la Argentina, no sólo por la competencia de Grin, sino por el interés del gobierno porteño en regular los el uso de monopatines eléctricos.

"Estamos a la espera de una regulación y en plena negociación con el gobierno", señala Miguel Abad, responsable global de asuntos públicos de Movo, en diálogo con iProUP. Y agrega: "Tenemos interés en la prueba piloto en cuanto se haga pública la convocatoria para participar".

Más allá del proyecto oficial, Movo ya se encuentra conformando el equipo responsable en la Argentina con el objetivo de comenzar a rodar durante el primer semestre. "No podría decir si en mayo o junio. Será en las próximas semanas", adelanta Abad.

Además, la firma está aprovechando el relacionamiento que consiguieron sus "hermanas" Glovo y Cabify con el ecosistema emprendedor y de movilidad, lo cual "permitió abrir puertas" para acelerar los planes locales.

Otro de los players del mercado apuesta a ganar espacio gracias a su impronta local. En 2015, los hermanos Sergio y Christian Gudalewicz comenzaron a representar localmente a varias empresas de monopatines, entre ellas, a AirWheels, una de las más importantes a nivel global.

Con el know-how adquirido, ya poseen su propia marca, Voltion, y quieren participar del negocio de alquiler de estos rodados.

"Representamos a varias empresas de monopatines. Dos de ellas ofrecen el servicio de alquiler, el sistema y la aplicación. La idea nuestra era ir hacia el alquiler y, con el proyecto del gobierno porteño, nos pareció una buena oportunidad para lanzarlo", asegura Sergio Gudalewicz, director general de Voltion, a iProUP.

La compañía ya está comercializando su marca propia y para mitad de este año lanzarán su modelo "propio", es decir, diseñado internamente.

A diferencia del resto de los jugadores globales, Voltion tiene un argumento de peso para conseguir su lugar en la prueba piloto que lanzará la Ciudad: integración de trabajo argentino, tanto a nivel de construcción como del software.

"Nuestro proyecto es lanzar un producto nacional. Estamos trabajando con una empresa de Bahía Blanca para desarrollar la aplicación. E instalaremos una planta de ensamblaje en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios", anticipa Gudalewicz a iProUP.

La empresa ya tiene experiencia en alquileres de estos rodados: ya está trabajando con Segways (monopatines que poseen las ruedas a los costados) y monopatines eléctricos a través de city tours para turistas extranjeros en la Ciudad de Buenos Aires.

Este antecedente les permitió superar una "curva" que retrasa a varias empresas del sector, como son los seguros, ya que no hay muchas compañías que ofrezcan pólizas específicas para este tipo de vehículos. En su caso, trabajan con Swiss Medical Group.

El mercado del futuro

El fenómeno de los monopatines está lejos de ser un segmento marginal del ámbito de la movilidad; por el contrario, muchas compañías lo ven como el nicho con mayor probabilidad de crecimiento en los próximos años.

Así lo indica un estudio de la consultora Populus: el 70% de los habitantes de grandes ciudades de Estados Unidos ven de forma positiva los monopatines eléctricos y más de un 3% asegura haberlos usados.

Uber, la firma de transporte más popular del mundo, invirtió en Lime y Jump, dos de los principales actores del mercado de scooters en su país. La firma, que por ahora no planea traer estas opciones a Argentina, se ha propuesto ser el referente absoluto del sector y para ello no ha dudado en realizar grandes inversiones.

Bird es otra de las compañías que lucha por el primer lugar en el mercado estadounidense. La  startup inició un agresivo plan de expansión en Estados Unidos, de la mano de su última ronda de financiación de u$s300 millones, que le dio una valuación total de u$s2.000 millones.

Incluso Ford, actualmente la automotriz más grande de ese país, ha decidido sumarse a la fiebre por los scooters. Recientemente compró la startup de movilidad Spin por u$s40 millones y comenzó a probar sus unidades en los campus de varias universidades.

Sin embargo, el camino no está repleto de pétalos de rosas. En varias ciudades los monopatines han tenido problemas con las autoridades.

Ciudades como San Francisco y Los Ángeles tuvieron que reformular sus ordenanzas para controlar el uso de scooters, ya que habían plagado sus calles sin ningún tipo de orden y amenazaban con colapsar calles y veredas.

Similar fue el caso de Madrid, cuyo ayuntamiento ordenó, a finales de 2018, retirar los monopatines de las calles debido a que la normativa de transporte vigente no contemplaba su uso.

Varias compañías tuvieron que retirar sus unidades de la calle, situación que se solucionó con la promulgación de una "Ordenanza de Movilidad Sostenible", que obligó a las empresas del ramo a implementar cambios para poder circular por la capital española. El proyecto argentino, por caso, va en esta línea.

Si bien todavía resta conocer la recepción que tendrán los servicios de alquiler de monopatines en Buenos Aires, todo indica que será igual de entusiasta que en las principales plazas del mundo. Bienvenidos a la (nueva) revolución de las dos ruedas.

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