En los últimos años, hemos presenciado una aceleración del proceso de digitalización en todos los sectores y organizaciones. Si bien esta tendencia hacia la adopción tecnológica se venía manifestando hace algún tiempo, la pandemia ha impulsado su dinámica de crecimiento de manera significativa.

Este momento de inflexión nos ha obligado a integrar lo digital en todos los aspectos de nuestras vidas, desde la forma en que nos relacionarnos hasta en el ámbito empresarial.

Durante este proceso, las organizaciones cuyo core es tecnológico o en la que su plataforma de negocios es puramente digital, no han enfrentado mayores dificultades para evolucionar al ritmo de los nuevos tiempos. Sin embargo, esto no sucede tan fácilmente en compañías que trabajan con modelos más tradicionales, por lo que el desafío para ellas es mayor.

Y es que un paso que estas empresas deben dar, si quieren sortear este escenario y seguir siendo competitivas en sus mercados, es el de la automatización y digitalización de sus procesos.

De hecho, un estudio de la consultora Gartner, revela que para 2025, el 70% de las organizaciones encuestadas espera desarrollar una estrategia de automatización con el objetivo de que sus procesos de negocio sean más ágiles, transparentes y productivos.

Gobierno de datos, la esencia de la IA

En el campo de la Inteligencia Artificial (IA), es evidente que esta tecnología producirá cambios disruptivos y significativos en los próximos años. No obstante, surge la pregunta de si las organizaciones están preparadas para asumir lo que esto implica.

A pesar de los avances en herramientas de IA, robótica, Internet de las Cosas (IoT) o la analítica de datos, existen organizaciones que se embarcan en implementar iniciativas de IA sin tener una estructura de datos organizada, la cual es esencial para alimentar estos modelos. Hay una deuda en muchas compañías con respecto al gobierno de los datos.

Para que esto suceda, es fundamental trabajar no solo en el gobierno de datos, sino en el análisis de costos de implementar modelos de IA que, en muchos casos, todavía no son accesibles a todas las empresas ni a todos los sectores.

El cambio cultural necesario

Paralelo a todo esto, es necesario que las compañías y sus líderes reflexionen acerca del cambio cultural y las barreras técnicas que exige el uso de soluciones de IA, de la Nube o de automatización.

El cambio cultural organizacional también debe ser abordado teniendo en cuenta la diversidad generacional y los diferentes niveles de conocimiento y adopción de las tecnologías que tienen las personas.

Adaptarse a los cambios significa que todos debemos perderle el miedo a la automatización y digitalización para apalancarnos en ellas, ya que gracias a estas podremos desempeñar tareas más complejas y de valor, menos repetitivas o aburridas, al tiempo que somos partícipes de flujos de trabajo más ágiles, precisos y potentes.

También debemos entender en cómo integrarlas con lo que hacemos para ponerlas al servicio de las organizaciones y sus stakeholders.

Abrazar las herramientas tecnológicas y transformarnos digitalmente como organización, nos ayudará a visibilizar la totalidad de los procesos internos y nos permitirá detectar en qué puntos se debe poner el foco para mejorar, evolucionar y seguir siendo competitivos en nuestras industrias.

*Por Juliana Fernández, Líder Global de Operaciones de Neoris

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