"Hay que cambiar la forma en que se usa el efectivo sí o sí". Ese fue uno de los mandamientos que bajó el Banco Central desde el arranque de la gestión macrista.

En este marco, una de las iniciativas que puso en marcha la autoridad monetaria fue avalar la instalación de cajeros por fuera de las sucursales bancarias (quioscos, estaciones de servicio, farmacias, supermercados), para que a los argentinos tengan más a mano la obtención de cash.

De este modo, se les facilitaría el hecho de ir retirando el sueldo de a poco, a lo largo del mes, y así irían dejando de lado la costumbre de concentrar sus extracciones en los primeros días. Además, este cambio de hábito redundaría en una mayor seguridad y en menores costos operativos vinculados al traslado de circulante.

 

Ante las demoras en su implementación, otras empresas salieron al ruedo y comenzaron a ofrecer la posibilidad de retirar efectivo mediante la tarjeta de débito. Entre ellas, se anotaron las redes de cobranzas: según CAECEIS, la cámara que representa al sector, estas compañías ya atienden a más de 20 millones de personas por mes para el pago de servicios en los más de 15.000 puestos que poseen en todo el país.

Esto, claro está, ha quedado reflejado en el uso de los plásticos para tal fin. Tanto es así que en apenas un año se quintuplicó, en gran medida por esta facilidad para acercarles cash a millones de argentinos. 

Consultado por iProUP, desde Rapipago ponen cifras al asunto:

- Las operaciones con tarjeta de débito se dispararon de $700 millones (marzo 2018) a $3.600 millones

- De ese total (unos 800.000 usuarios mensuales) el 30% de las operaciones es para retiro de efectivo

Visa y Mastercard no se quedaron atrás. Se aliaron con supermercados, estaciones de servicios, cadenas de farmacias y otros comercios para proponer lo mismo a través de las marcas Extra Cash y Cash Back, respectivamente.

Según señalaron desde Prisma Medios de Pago, Extra Cash creció 40% en cantidad de transacciones y 60% en montos marzo contra marzo (2019 vs 2018).

Estos avances también dejan al descubierto otra realidad: la Argentina está muy atrás en densidad de cajeros automáticos. Apenas posee 60 máquinas cada 100.000 personas, mientras que Brasil dispone de casi el doble y Uruguay de un 50% más, según un estudio del Banco Mundial.  

El BCRA estima que por cada 10 localidades a lo largo y ancho del país, dos no cuentan siquiera con una sola terminal, por lo que sus habitantes se ven obligados a trasladarse a ciudades vecinas para extraer dinero.

De acuerdo con expertos, se necesitan al menos 50.000 equipos más para cubrir el territorio. Esta cifra resulta ser tres veces superior a la que presenta la realidad actual, incluso considerando las dos redes que operan en el país y que totalizan 16.000 cajeros (Link, 9.200; Banelco, 7.200).

En los últimos meses, y ante la llegada de un jugador global, ambas firmas apuraron la instalación de cajeros extrabancarios en distintos comercios que, dicho sea de paso, pueden comprar su propia terminal y obtener ingresos extra en concepto de comisiones por cada operación.

Este gran potencial de crecimiento es el que animó a la empresa Odyssey Group a traer a la Argentina a Octagon. Se trata de una red independiente a los sistemas bancarios que instalará sus equipos en diferentes tipos de establecimientos -pequeños, medianos y grandes-, con funciones adicionales a las de las terminales tradicionales. 

Le pregunta en todo caso es por qué, con un riesgo país por las nubes y un dólar tan incierto, la firma acelera su plan estratégico en el país. La respuesta la acerca Sebastián Ponceliz, CEO de la firma: "Se trata de un mercado en expansión geométrica".

El ejecutivo asegura que lo ocurrido con el tipo de cambio y el índice de precios no han modificado los planes de expansión.

"Las comisiones acompañan el valor del dólar y la inflación aumenta el volumen de transacciones", explica Ponceliz, quien destaca además el hecho de que "se está frente a un mercado con oferta escasa de cajeros automáticos".

Los gigantes se preparan

La primera de las compañías que comenzó a llevar terminales a los comercios ha sido Link, bajo la marca Cajeros Express. De hecho, ya desplegó cerca de 300 y espera terminar el año con 500 unidades operativas.

"La inversión en la compra del cajero automático y la instalación inicial es de aproximadamente u$s7.500. Se recupera en sólo seis meses, considerando el ahorro del transporte de caudales y el ingreso por las comisiones de las operaciones", explica a iProUP Jorge Larravide, gerente comercial de Link.

Por su parte, Valeria Melchior, gerente de Productos de la división Procesamiento de Prisma Medios de Pago, señala a este medio que Banelco prepara su propio servicio, que saldrá al mercado "en el corto plazo".

Según la ejecutiva, el comerciante consigue varias ventajas, como "proveer un servicio altamente valorado para atraer a una mayor clientela y reducir los costos vinculados con el traslado de fondos, ya que puede depositar en ese mismo cajero el efectivo que recauda de sus ventas diarias".

"La recarga la hace el comercio. Este es el principal atractivo, ya que deja de incurrir en el costo del transporte de caudales. Toda el cash de caja lo coloca directamente en el ATM", señala el ejecutivo de Link.

Melchior subraya que "los negocios propietarios de estas unidades podrán o no cobrar una comisión al usuario", además de la tarifa que recibirán por cada transacción efectuada.

"Casi la totalidad de las personas (85%) opera gratis, ya sea porque tiene plan sueldo, es jubilado o pensionado o cuenta con un plan social. Seguirá haciéndolo sin costo en un cajero express. Sin embargo, el comercio igual recibe una comisión por haber 'atendido' al cliente del banco", se explaya Larravide.

El ejecutivo asegura que hay varios modelos disponibles, pero se tratan de terminales "simples" que permiten realizar menos transacciones en comparación con los equipos bancarios que cuentan con otros módulos y elevan su valor.

"Por ejemplo, no poseen el reconocimiento de billetes sin ensobrar, escaneo de frente y dorso de cheques. El más oneroso, que es el cajero automático reciclador, paga las extracciones con el dinero que reconoció mediante los depósitos", completa.

Entre las operaciones que realizan las terminales, Melchior afirma: "En un principio sólo estarán disponibles para extracción y consulta de saldo, mediante el ingreso de la tarjeta y la clave". Los Cajeros Express también ofrecen esas dos características, ya que, según Larravide, "representan casi el 70% del total de las transacciones de un cajero automático bancario".

El tercero en discordia

Además de los planes de expansión de las firmas existentes, hay otro jugador que ultima su llegada al país: Octagon, una red extrabancaria perteneciente a Odyssey Group, compañía fundada por el argentino Sebastián Ponceliz, radicado desde hace 12 años en Florida, Estados Unidos.

"Estamos a punto de terminar la conexión con las marcas y cerrar los acuerdos. Comenzaremos a instalar los nuevos cajeros a mitad de año", señala el ejecutivo en diálogo con iProUP.

También confirma que está en contacto con empresas, farmacias, supermercados, mayoristas, casas de cambio y estaciones de servicio, entre otros comercios de la Argentina. Hasta el momento, vendieron más de 1.200 unidades, de los cuales esperan instalar la mayor parte este año.

La compañía funcionará con un banco administrador local: Interfinanzas, entidad en la que Ángelo Calcaterra, primo del presidente Macri, vendió su participación del 25%. Odyssey está desde hace casi un año en el proceso de compra de acciones.  

El desembolso para adquirir uno de estos equipos se ubicará entre los u$s8.500 y los u$s10.500 más IVA, más u$s1.500 de costo de instalación. Desde la empresa aseguran que el recupero de la inversión es en un año.

 

Además de "descargar" el efectivo, estos equipos poseen "libre tarifación, por lo que el dueño del local podrá decidir la comisión que considere", remarca el CEO de esta firma con presencia en EE.UU, México, Italia, Colombia, Túnez, Chile y Brasil.

Por otra parte, Ponceliz remarca que estos cajeros son una "plataforma". Si bien el modelo básico –llamado "Sirius I"– sólo permitirá retirar efectivo y consultar saldos, al más avanzado –Sirius II– le irán añadiendo características.

"Vamos a incorporarle otras funcionalidades, como operaciones con bitcoins y otras monedas virtuales, otorgamiento de microcréditos, venta de seguros, emisión de tickets y extracción de dólares. Tenemos acuerdos con bancos 100% digitales", confirma el ejecutivo de Odyssey Group.

En efecto, las monedas virtuales son una fuerte apuesta de Octagon: tiene una divisa propia que está utilizando como forma de financiar su expansión internacional.

Se trata de MoneyFi, una plataforma para transferencias internacionales vinculada a la moneda "Nemoo", que estará integrada a la red global de cajeros de Oddisey Group. También contará con una aplicación que funcionará como una billetera virtual para realizar pagos y transferencias con divisas virtuales.

El primero con Bitcoin

La compañía estadounidense Athena es la única que ofrece cajeros en la Argentina para retirar dinero o comprar monedas digitales. Hasta el momento, tienen 10 terminales, distribuidas en Capital Federal y Conurbano.

"Para comprar monedas, se ingresan pesos y el cajero dispensa los Bitcoin y otras divisas. Y para retirar pesos, se envían criptomonedas", señala Matías Goldenhörn, director de Operaciones para América Latina de Athena, en diálogo con iProUP.

En efecto, los usuarios sólo deben insertar billetes que el equipo reconoce para poder comprar sus criptoactivos. Saldrá un ticket con un código QR que se podrá leer con una billetera de monedas digitales para realizar la acreditación.

 

Los comerciantes, en este caso, no deben comprar el equipo: Athena les paga un alquiler fijo -cuyo valor depende de la ubicación y superficie del negocio, entre otros factores- para instalarlo y asegura ganancias desde el primer mes.

"Nuestros cajeros son operados por nosotros, porque es complejo que les salga bien el negocio a los locales. Además de la renta, los negocios tienen un tráfico extra de gente no pasaría por ahí si no estuviera el cajero. La máquina es un destino en sí mismo", explica Goldenhörn.

Estos equipos efectúan entre 300 y 400 operaciones mensuales cada uno, según su "grado de maduración", que podría llegar a demorar seis meses en alcanzarse. Y la empresa se encarga de recargar las máquinas con billetes.

Athena espera sumar otros 15 cajeros, principalmente en ciudades del Interior, donde analizan instalar terminales más pequeñas para lograr mayor capilaridad.

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