En medio de un año electoral y con la necesidad apremiante de proteger los derechos ciudadanos, es hora de que los legisladores argentinos actúen con responsabilidad y aprueben una reforma integral de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales.
La modificación de esta ley no tiene ideología política y beneficia a todos los argentinos, por lo que es crucial que las Comisiones de Legislación General y de Asuntos Constitucionales del Congreso Nacional tomen cartas en el asunto y escuchen a la Directora de la Agencia de Acceso a la Información Pública.
En estos tiempos tumultuosos de elecciones primarias y año electoral, es alentador ver cómo las Comisiones de Legislación General y de Asuntos Constitucionales del Congreso Nacional se preparan para debatir la reforma de la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales.
Esta iniciativa fue impulsada por la Autoridad de Aplicación, quien ha presentado un nuevo Anteproyecto al Congreso Nacional para su análisis y aprobación.
La trascendencia de esta reforma radica en que no se trata de una cuestión partidaria, sino de un interés común en salvaguardar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos argentinos.
Es imprescindible que los legisladores comprendan la importancia de dejar de lado motivaciones personales o partidistas al abordar esta temática crucial.
Actuar con responsabilidad
En la búsqueda de una protección efectiva de nuestros datos personales, resulta necesario poner fin a la imprudente "fiesta de los datos" que afectó a la población en los últimos años.
Es fundamental que el Congreso actúe con responsabilidad y demuestre estar a la altura de las circunstancias al aprobar una nueva Ley de Datos Personales.
A nivel internacional, numerosos países, incluidos varios de Latinoamérica, han avanzado hacia leyes de protección de datos más estrictas y contemporáneas, como el Reglamento General de Protección de Datos Personales (RGPD) y la Ley General de Protección de Datos (LGPD) de Brasil.
Es tiempo de que Argentina se sume a esta tendencia global y actualice su marco legal para garantizar la seguridad y privacidad de la información personal de sus ciudadanos.
La realidad es que algunas empresas siguen tratando nuestros datos personales con irresponsabilidad, sin tener en cuenta las consecuencias éticas o legales.
La mera posibilidad de una multa no debería ser el incentivo para respetar los derechos de los ciudadanos. Es fundamental que la ley imponga límites y sanciones contundentes para frenar el manejo indiscriminado e ilegal de nuestros datos.
Los ciudadanos argentinos llevamos años esperando que se reforme esta ley para poder disfrutar de una verdadera protección de nuestros derechos.
Por tanto, instamos a los legisladores, una vez más, a estar a la altura de las circunstancias y sancionar sin demora la nueva Ley de Datos Personales.
Esta es una oportunidad ineludible para que los legisladores muestren su compromiso con los intereses de la población y avancen en la protección de nuestros derechos fundamentales.
La reforma de la Ley de Datos Personales es una necesidad imperante, y es hora de que el Congreso Nacional actúe con responsabilidad y sensatez para garantizar la seguridad y privacidad de los datos de todos los argentinos.
El momento de cambio llegó, y es responsabilidad de nuestros representantes llevar adelante esta reforma trascendental para el bienestar de la sociedad en su conjunto.
*Por Facundo Malaureille, Socio Data Governance Latam