Fue noticia hace poco que se detuvo al abogado Michael Avennatti por tratar de extorsionar a Nike.

La metodología fue pedirle u$s 22.5 millones para no destruir su imagen vía una campaña de comentarios y publicidad negativa.

La respuesta de Nike fue no ceder al chantaje, arriesgándose a que el abogado difundiera la información que sabía y la publicidad negativa fuera esparcida.

La publicidad negativa es anti marketing, que puede dañar mucho a las marcas, en su prestigio e incluso en su reputación.

Cuando una persona se siente molesta con un producto o servicio cuenta su mala experiencia a una media de 20 personas o más. Sin embargo, hoy en día esta cifra puede ser mucho más alta gracias a las redes sociales y foros de opinión que existen en Internet.

Además, la publicidad negativa tiene mayor efecto y peso sobre las personas pues está basada en experiencias previas que tuvo otro consumidor con la marca, contrario a la publicidad positiva que tiene origen en la empresa o marca.

El peligro de este anti marketing es que se esparza entre los clientes actuales o potenciales, dañando de forma considerable tu imagen y afectando tus ventas.

Además, es un hecho que el cerebro humano recuerda más las situaciones negativas que experimenta que aquellas que le son positivas, pues las primeras tienen un mayor impacto, comentan desde Premo.

Ni Nike con todos sus millones o usted como dueño de una PyME pueden evitar el efecto de la publicidad negativa, por ello estas son algunas medidas que puedes adoptar ante un caso de mala publicidad:

-Es importante que para que un problema con un cliente no se convierta en mala publicidad busques primeramente la conciliación a modo que una queja no salte a otros terrenos.

-Es necesario con un plan de contingencias que contenga cómo se debe proceder en cada caso. Plantea los escenarios posibles que se te puedan presentar, y busca cuál sería la solución.

-Realiza campañas publicitarias positivas. Cuida todos los aspectos, evita que sean ofensivas, racistas o denigren a algún público en particular.

-Monitorea lo que se diga en redes sociales de tu empresa a fin de encontrar detalles que estén molestando a tus consumidores y remédialos.

-Evalúa en que casos vale la pena alegar sobre algún comentario difundido en redes sociales. Decide que es mejor, hacerlo de manera abierta o en privado con el cliente.

-Cuando respondas a los comentarios deja de lado lo emotivo y hazlo desde una perspectiva profesional.

-Permanece abierto a la crítica constructiva.

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