El Gobierno lanzó a mediados de marzo el Boleto Electrónico Inmobiliario como una forma de incentivar el desarrollo y venta de propiedades desde el pozo ante la baja de los créditos hipotecarios UVA por el avance del dólar.

No obstante, desde el sector aseguran que el instrumento es insuficiente, por lo que piden otro tipo de medidas que permitan reactivar el mercado inmobiliario.

 

"Hay que trabajar un esquema de crédito a largo plazo, una baja real en la presión tributaria de la industria y en la generación de tasas competitivas que permitan el lanzamiento de nuevos proyectos que genera empleo privado genuino, revitalización de zonas e inversiones", señaló Rodrigo Fernández Prieto, director de la consultora homónima, a Clarín.

Por su parte, Hernán Nucifora, CEO de Global Investments, señaló que los desarrolladores requieren " créditos intermedios a una tasa razonable que permita financiar departamentos de pozo y obras a plazos de 20 a 30 años".

En qué consiste

El Boleto Inmobiliario Electrónico está incluido dentro de la Plataforma a Distancia (TAD) del gobierno nacional, en la que ya se pueden realizar más de 1.300 gestiones.

La idea es que el desarrollador ingrese las unidades que va a construir a través de "ventanilla digital" del TAD. A su vez un corredor inmobiliario se encargará de ofrecerlas a quienes estén interesados en comprarlas, que podrán contar con financiación bancaria. Siempre desde una plataforma online, abaratando costos y evitando intermediarios.

"El primer beneficio que tendrá el usuario final es el de poder adquirir una vivienda desde pozo a un precio menor", asegura a iProUP Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina. 

En este sentido, el directivo remarca que "el desarrollador se ahorrará los costos de un 'crédito puente' y la reducción de otros impuestos".

Esto redundará en menores gastos asociados al inmueble. En efecto, según Bennazar, entre el 8 y el 11 por ciento del precio final corresponde a gastos, comisiones y otros ítems. Con este esquema, la idea es reducirlos.

Como toda la operatoria será online, los tiempos también se acortarán, por lo que el comprador quedará menos expuesto a la volatilidad del dólar.

Además, podrá contar con créditos más accesibles, ya que estarán a cargo de los bancos, que ofrecen plazos más largos y tasas más convenientes que las tradicionales "minicuotas" de las constructoras.

"Hay varios bancos privados y públicos" interesados en ser los primeros en ofrecerlos, señala Bennazar, quien agrega que la financiación tendrá "condiciones hipotecarias, no hipotecas, ya no que hay un bien que actúe como garantía".

El experto asegura que en no más de 90 días se firmará el primer boleto inmobiliario electrónico y el propio Macri será el encargado de anunciarlo. 

Sin bien en el arranque sólo la ciudad de Buenos Aires dispondrá de esta iniciativa, fuentes del sector aseguran que las provincias más pobladas del país ya están plegándose.

Todo, 100% online

Gran parte del ahorro de costos y de tiempos está relacionado con que toda la operatoria se realizará desde una plataforma web.

Desde Lakout, la tecnológica argentina detrás de este sistema, aseguran que el proceso de aprobación de los proyectos por parte de las autoridades se reducirá progresivamente hasta los tres meses, contra el año que demora el método tradicional.

"Lo que desarrollamos es un gestor documental por el que van a circular los emprendimientos inmobiliarios. Estamos trabajando para que entre en una plataforma de blockchain", explica Daniel Raskin, director comercial de la firma, en diálogo con iProUP.

El directivo agrega que el boleto digital permitirá la trazabilidad del proyecto, el cual entrará a la plataforma "a través de un corredor matriculado, que es quien viabilizará y pondrá a la venta las unidades funcionales".

"Luego, entrarán las entidades financieras que calificarán la obra en construcción como 'apto crédito'. Cuando el comprador firme el boleto, la inmobiliaria cargará toda la documentación que exija la entidad", completa Raskin, quien señala que hay "tres bancos privados y tres públicos" inscriptos.

La principal novedad de este sistema es, además, que el proceso se podrá realizar de forma 100% online, sin que el interesado en adquirir la propiedad pise la oficina del desarrollador, la inmobiliaria o el banco.

"Como es 'a realizar' y no hay un departamento a visitar, el consumidor podrá elegir viendo los planos y los renders que se suban al gestor documental", asegura el ejecutivo, quien remarca que las empresas de bienes raíces podrán conectar su propia plataforma para ofrecer las propiedades y "cerrar" el circuito online.

Sólo quedará confeccionar el boleto digital, que incluirá clausulas preestablecidas, a las que se le agregarán las particularidades de la unidad funcional. Todos los actores deberán firmarlo digitalmente.

Posteriormente, el comprador tendrá que pagar el 25% del boleto, que se enviará vía web al Registro de la Propiedad Inmueble para su inscripción. Esto evitará que haya un "boleto múltiple", algo que ocurría cuando una unidad tenía más de un boleto, ya que al ser un contrato entre privados, no había registro.

Por su parte, el desarrollador recibirá del banco o entidad financiera el aporte correspondiente para el avance de obra, sin la necesidad de un crédito intermedio (conocido como "puente"). Deberá pagar un seguro de caución obligatorio que resguarde al comprador ante cualquier incumplimiento en el desarrollo. 

Solo restará el final de obra y su aprobación para pasar a la firma de la escritura de venta y a la inscripción en el registro, con la intervención de un escribano.

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