Sam Altman, fundador de la innovadora startup OpenAI, está en boca de todos desde que Microsoft invirtió u$s10.000 millones en su empresa, desarrolladora de ChatGPT, la inteligencia artificial que es furor en todos los ámbitos.
Generative Pre-trained Transformer, más conocida como Chat GPT, es una plataforma de inteligencia artificial que redacta textos y funciona con un algoritmo de 175.000 millones de parámetros con capacidad para descifrar cual será la siguiente palabra a utilizar por una persona en una conversación y brindar respuestas concretas.
En este contexto, muchas personas se mostraron preocupados por el rápido avance que mostró esta tecnología en el último tiempo, incluído su propio desarrollador.
Altman reveló estar "un poco asustado" por los alcances que ya demuestra su inteligencia artificial y por el uso que las personas puedan darle.
En este sentido, a su vez, resaltó que su propio desarrollo sería la "mayor tecnología que se haya confeccionado hasta el momento".
Las declaraciones del ejecutivo se dieron durante la presentación de GPT 4, la nueva versión de la IA, diseñada para resolver grandes problemas con precisión y ofrecer respuestas útiles y seguras, con capacidad de generar entradas de texto e imagen.
A diferencia de su predecesor, GPT-4 destaca por su creatividad y capacidad para colaborar. Además de generar contenidos originales, también puede editar y repetir tareas con los usuarios, como componer canciones o guiones.
La empresa explicó que esta última versión exhibe un "desempleo a nivel humano en varios puntos de referencia académicos y profesionales" y es capaz de aprobar un examen simulado de los Estados Unidos con la mejor puntuación posible.
Esta evolución llevó a Altman a mostrarse cauto ante los usos que potencialmente se le puedan dar a su invento. El directivo de OpenAI se mostró "particularmente preocupado de que estos modelos puedan usarse para la desinformación a gran escala. Ahora que están mejorando en la escritura de códigos informáticos, podría usarse para ataques cibernéticos ofensivos".
De todas formas, posteriormente, el ejecutivo busco minimizar su inquietud, al sostener que "la gente debería estar feliz de que estemos un poco asustados por esto".
En linea con esto, mencionó que su firma ya trabaja para establecer "límites de seguridad" sobre su inteligencia artificial.
Al igual que Altman, Elon Musk, dueño de Twitter, reaccionó a la nueva versión de ChatGPT, aunque no de la forma en la que muchos esperaban.
A través de sus redes sociales, Musk respondió a una publicación sobre los resultados de la última versión de la herramienta de inteligencia artificial (IA). Allí, disparó una polémica frase: "¿qué nos quedará por hacer a los humanos?".
A su vez, manifestó que "será mejor que nos movamos con Neuralink", en referencia a su empresa de neurotecnología creada en 2016 con el fin de implantar microchips inalámbricos para curar enfermedades neurológicas.
OpenAI, la compañía encargada de desarrollar el ChatGPT, indicó en un comunicado que GPT-4 exhibe "un rendimiento a nivel humano en varios puntos de referencia académicos y profesionales".
Durante la Cumbre Mundial de Gobiernos en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, llevada a cabo en febrero de 2023, Elon Musk remarcó que "ChatGPT ha ilustrado a la gente lo sofisticada que se ha vuelto la IA".
Además, insistió que la inteligencia artificial equivale a "una de las mayores amenazas para el futuro de la civilización" e hizo hincapié en que los humanos deberían centrarse más en la seguridad que proporcionan este tipo de sistemas.
"Si algo va mal, la reacción puede ser demasiado lenta", alertó quién también es CEO de Tesla, el gigante de automóviles eléctricos.