La ola de calor que afecta a todo el país desde hace varias semanas complicó también a la actual cosecha agropecuaria. Y todo hace suponer que el cambio climático generará más complicaciones similares en el futuro.

En este contexto, la startup local EDRA decidió salir a hacerle frente al cambio climático y lanzó una plataforma que consigue vincular a compañías vinculadas con la sustentabilidad con productores agropecuarios y, de esa forma, implementar prácticas de agricultura regenerativa. 

"Sólo el 50% de la superficie terrestre es apta para el desarrollo de la agricultura y al menos una tercera parte de los suelos están degradados y con severas pérdidas de biodiversidad", destaca Juan Máximo Magnoni, CEO y co-fundador de EDRA.

El suelo cumple funciones esenciales para la vida, proporciona nutrientes, agua y minerales para las plantas, almacena carbono y microorganismos vitales para la regulación de los ecosistemas naturales y por eso restaurarlo y devolverle su capacidad de dar vida representa un impacto en la seguridad alimentaria global y en la mitigación de los efectos del cambio climático.

Pero, ¿es posible que la tecnología, la naturaleza y ls técnicas más ancestrales de la agricultura trabajen juntas para un mundo más sustentable?

La startup presentó una solución que propone la agricultura regenerativa, propuesta que busca rehabilitar el suelo y mantenerlo productivo el mayor tiempo posible para evitar la expansión agresiva a nuevas áreas, y poder hacerle frente así al cambio climático.

Los fundadores de Edra: la startup local lanza una solución para rehabilitar el suelo y mantenerlo productivo el mayor tiempo posible

Edra lanzó una solución de agricultura regenerativa: todos los detalles

La empresa básicamente sistematiza aquellas prácticas digitales que tal vez ya existen y las ordena en pos de un mundo más sustentable a través de Blockchain.

Pero, ¿cómo lo hace? Por medio de su plataforma, permite conectar a empresas en todo el mundo vinculadas a la sustentabilidad con productores agrícolas.

Finalmente, se encarga de transformar en un activo digital esa práctica para poder convertirla, vía tecnología blockchain, en un registro que garantice esa trazabilidad. Así, ese activo puede ofrecerse al mercado para todas aquellas empresas que necesitan lograr ese objetivo de sustentabilidad. 

"Las diferentes compañías del mundo que ya han asumido importantes compromisos con la reducción de su impacto ambiental pueden adquirir estos tokens en nuestra plataforma y financiar de manera directa y descentralizada la transición hacia prácticas de agricultura sostenible", explica Juan Máximo Magnoni, CEO y co-fundador de Edra.

Edra: el origen y primeros pasos

Magnoni lanzó oficialmente Edra junto a Federico Travesino, Martín Travesino y Damián Miano.

La startup fue constituida formalmente en noviembre de 2022, luego de recibir capital pre-seed por parte de la aceleradora de proyectos de base tecnológica Neutrón, y se prepara para una nueva ronda de inversión.

En ese camino, la innovación será clave: "La tecnología es una herramienta para hacer que ese balance entre la especie humana y los demás seres vivos y el ambiente que nos rodea sea armonioso y podamos convivir en un equilibrio".

"Sabemos que hoy estamos lejos de eso pero estamos acá, es lo que nos toca en este momento y hay muchísimos avances tecnológicos que nos pueden ayudar a tratar de revertir algo de todo aquello que estuvimos haciendo por el uso de muchos años y que en realidad lo tomamos prestado de la naturaleza. La realidad es lo tenemos que cuidar para seguir estando con vida en este planeta", remarca.

Edra sale a combatir el "cambio climático" con una disruptiva solución 

Magnoni remarca que "básicamente es una solucion global para el reconocimiento de las buenas practicas de sostenibilidad en el agro".

"Edra viene a tratar de traer aquellas prácticas que el agricultor puede hacer en su sistema de trabajo y que promueva el mejor uso de los recursos a la hora de producir un alimento", sostiene.

Algunas de las mejoras digitales que utilizan tienen que ver, por ejemplo, con imágenes satelitales, balances hídricos o el análisis del ADN del suelo. "La agricultura de precisión, por ejemplo, ha dado un salto enorme", remarca el CEO.

Magnoni ejemplifica que "todo lo que tiene que ver con el uso eficiente de cada uno de los recursos, de generar un mapeo mucho más específico de los nutrientes dentro de un lote y en función de eso hacer una fertilización diferencial por zonas -no es lo mismo una zona de alta o de baja productividad- y eso hace a que en la cuenta final uses menos insumos y seas más eficiente". 

Edra pone en contacto a firmas vinculadas con la sustentabilidad con productores agropecuarios

Y continúa: "Lo mismo ocurre a la hora de identificar áreas de conservación para fomentar zonas de enemigos naturales o insectos benéficos y un banco de flora y fauna diverso para poder conservar y sostener el equilibrio ecosistémico en una producción.

"O sea que hoy hay un montón de herramientas que se pueden adaptar a nuestro sistema es el empezar a tener una plataforma de identificación de todas las buenas prácticas y así generar ese activo digital que las represente", agrega.

Toda esa información que Edra recoge por ejemplo de los sensores va a estar cargada en una estructura de Blockchain para que esa información sea inalterable. Para el equipo, incorporar esa tecnología en el mundo del campo fue un desafío pero aseguran que la aceptación es cada vez mayor.

Lo mismo ocurre con el compromiso de los productores a la hora de usar la tecnología para asumir compromisos vinculados al cambio climático: "El productor es un actor increíble que puede torcer el camino de la producción del alimento y que puede generar prácticas que conserven el recurso, pero no puede hacerlo solo".

"Nosotros comenzamos con la idea de generarle valor al sector productivo en todos sus avances en temas de agricultura regenerativa y tratar de entender que el cómo producimos los elementos es clave para la sostenibilidad de todos. Es decir, no solamente tenemos que producir los alimentos para poder alimentarnos sino también tener un entorno en el cual podamos vivir y convivir', reflexiona Magnoni. 

Y resalta: "El gran cambio fue cuando el productor empezó a reconocer que el cambio climático y el cuidado del medio ambiente no eran un cliché y empezó a darse cuenta de que le estaba impactando en el día a día", sostiene el CEO.

"El productor también empezó a sentir el efecto de haber hecho un uso muy extractivo del recurso suelo y del ambiente en general con la pérdida de la biodiversidad y de la calidad del suelo que impacta de manera directa sobre su economía", completa.

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